Capítulo 2: Una noche con estrellas

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Cuando todos estaban dormidos, salí de la casa y me senté recargado en un árbol. La noche estaba repleta de estrellas y algunas nubes, la luna era enorme. Todo estaba tan tranquilo.
Me quede pensando, esa chica era real, yo lo sabia, lo comprobé, estaba ahí, viva.
¿Pero qué hacía una chica en medio del bosque?
De pronto sentí que había alguien más que yo despierto. Miré a todas direcciones y estaba frente a mí.
Dejó su paraguas a un lado y se sentó de manera que podíamos vernos directamente a los ojos.
-No te creen, ¿cierto?
Yo asentí, joder esos ojos.
-¿Qué haces aquí?
-Pensar.
-¿Pensar? ¿Vienes a un bosque sólo a pensar?
-¿Y tú a qué vienes, a hacer una fiesta? -respondió a la defensiva -Ambas razones no tienen sentido.
-¿Cuál es tu nombre?
-¿Cuál es el tuyo?
-Yo pregunté primero.
-Yo igual pregunté algo y no respondiste.
-No preguntaste nada.
-Vaya que eres olvidadizo, y bastante maleducado.
-No preguntaste nada, responde mi pregunta.
-Tu responde la mía -respondió -tus amigos, ¿no te creen?
-No- dije bastante disgustado -Ahora dime tú nombre.
-Jane.
-Jack.
-Gusto conocerte Jack.
Yo asentí.
-¿Por qué el paraguas?
-¿Por qué la chaqueta?- respondió ella.
-Yo estoy haciendo las preguntas aquí.
-¿Y yo no?
-¿Por qué el paraguas?
-¿Y por qué no?
-Es ilógico, no está lloviendo.
-Pero lloverá.
-Pero aún no llueve, es inútil que tengas un paraguas cuando no está lloviendo.
-Al igual que es inútil que lleves lentes de Sol colgados en tu chaqueta, cuando aquí está nublado siempre Jack.
-Eres astuta.
-Tu también.
-¿Debo tomar eso como un cumplido?
-No lo sé, ¿yo debía tomarlo como un cumplido?
-¿Quieres dejar de hacer tantas preguntas?
-¿Quieres dejar de hacerlo tú?
Podía notar que estaba asustada, y tenía frío, se notaba que temblaba un poco.
Decidí hacer lo que cualquier típico chico de película haría, me quité la chaqueta u se la di.
-¿Para qué me das esto?
-Tienes frío.
-No.
-Si.
-Toma tu chaqueta.
-Cúbrete, tienes frío.
-No quiero cubrirme.
Me encogí de hombros y tomé la chaqueta, la deje a un lado mío.
-¿Por qué estás aquí, hablándome?
-¿Y por qué estás tú respondiendo?
-Deja de ser tan molesta, ¿quieres?
-Y tú deja de ser tan maleducado-añadió - estoy aquí, porque te he visto y pues, como tú me observas mucho por lo que veo, pensé que tal vez querías hablar conmigo, a juzgar tu manera de tocar mi paraguas.
-Yo no quería hablar contigo.
-Ah vale, pues fue un error, buenas noches.
Se levantó, tomó su paraguas y se sacudió.
-No, no lo pienses así, no te vayas.
Se dio la vuelta y me miró.
-No querías hablar conmigo.
-Perdona, si quiero hablar contigo.
-Buenas noches Jack, gusto conocerte.
Se alejó caminando.
Decidí ponerme de pie y seguirla, pero otra vez, no estaba, era veloz, caminaba demasiado rápido
Me quedé ahí de pie pensando en lo que acababa de pasar.
Me devolví al árbol y me senté a observar las estrellas pensando en esa chica.
Jane.
Un hermoso nombre.

La chica del paraguas negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora