Caminé por el bosque alrededor de quince minutos. No vi a Jane por ningún lugar.
Decidí volver a la cabaña, tal vez Alex ya estaría ahí al igual que Charlie y Edgar. Además, quería una taza de café. Necesitaba relajarme.
Al abrir la puerta, me encontré con la agradable sorpresa de que no estaban.
Caminé hasta la cocina y encendí la cafetera. Comencé a preparar mi café.
Coloqué ambas manos en la mesa de la cocina, tratando de respirar profundamente y tratando de reconocer que tal vez ayer fue la primera y ultima vez que hablaría con esa chica. Miré a la ventana.
El paraguas.
El maldito paraguas. Estaba ahí, en la ventana. Tardé bastante en reaccionar y salir de la cabaña, abrí la puerta lo más rápido que pude y ahí estaba la chica, detrás de un árbol, observándome.
-¡Hey! -le grité mientras le hacía una pequeña seña con la mano. Ella salió del árbol y sonriendo caminó hacia mi.
Joder. Que chica más bella.
-Hola -dijo ella mientras sonreía y se encogía de hombros.
-¿Quieres pasar? -pregunté mientras señalaba la cabaña. Jane asintió y dejando el paraguas afuera, se adelantó a entrar. Yo iba detrás de ella.
Al entrar, ella observaba todo, parecía que examinaba cada detalle de las cosas.
-¿Quieres una taza de café?
Ella asintió.
Venía vestida con un vestido blanco, a pesar del día tan frío y nublado, parecía que no tenía frío. Era rara.
Tomé las dos tazas de café y decidí subir al balcón, ella iba detrás de mí.
Ambos nos sentamos en el sofá que se encontraba ahí, las vistas eran hermosas.
-Pensé que no te volvería a ver -dije mientras le entregaba su taza de café a Jane.
-¿Y por qué pensaste eso?
-No lo sé, no eres normal.
-¿Es un cumplido?
-¿Comenzarás con tus preguntas estúpidas?
-¿Comenzarás con tus temas sin sentido? -preguntó ella.
Vaya que era astuta.
Yo reí.
Y ella rió.
Era la primera vez que la veía reír, y joder. Que risa tan tierna.
Me acerqué un poco más a ella, quedamos sentados casi juntos, si no fuera por los quince centímetros que nos separaban.
Ella bebía su café sin decir palabra.
Yo no podía dejar de observarla.
Y de un momento a otro.
Estábamos tomados de la mano.
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La chica del paraguas negro
RandomPodría haber pasado mi vida entera perdido en ese bosque. Con ella. Desearía haberlo hecho, ella es, como un ángel perdido en este mundo, es como cuando inhalas el perfume de tu flor preferida, ella es magia; puede hacerte volar como una pluma, es t...