Alex ya había empacado sus maletas al igual que Charlie y Edgar, no podía creer que se fueran.
Jane ni siquiera había llegado.
Los acompañé a la estación.
Al llegar, Charlie y Edgar fueron a comprar los boletos, Alex estaba conmigo.
-Volveremos -dijo mientras me miraba con sus ojos verdes con un toque de miel. Llevaba un suéter azul, y sus botas.
Yo asentí.
Se iban, no podía creer que lo hicieran, pasaría de nuevo, terminaría solo.
Quería impedirlo, no quería que se fueran.
Antes de que Alex subiera al vagón, la tome del brazo.
No quería decirle nada, fue un impulso, una señal de que no tenía que irse; de que los necesitaba.
Ella lo sabía, sabía que no quería que se marcharan.
Comencé a llorar.
No era exactamente tristeza, no lo sé...
-No llores -dijo Alex con lágrimas en los ojos, lo dijo con ese tono de voz, con el que avisaba que no podía más -Me harás llorar a mi idiota.
Sonreí un poco, ella también.
Me abrazó.
La abracé con más fuerza.
El tren estaba a punto de partir.
Alex subió al vagón.
-Regresaremos.
Yo asentí.
Alex iba despidiéndose mientras Charlie hacía muecas graciosas a su lado, solté una carcajada y le respondí con una seña bastante grosera y él hizo lo mismo antes de perderlos de vista.
Vi el tren desaparecer a lo lejos.
Se habían ido.
Estaba solo.
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La chica del paraguas negro
RandomPodría haber pasado mi vida entera perdido en ese bosque. Con ella. Desearía haberlo hecho, ella es, como un ángel perdido en este mundo, es como cuando inhalas el perfume de tu flor preferida, ella es magia; puede hacerte volar como una pluma, es t...
