Kisses》Muke

Nada

— Luke, no lo hagas.

Michael terminó de beber su jugo luego de la orden que le dio a su mejor amigo. Se levantó perezosamente de su asiento y tiró la cajita.

— Michaaael —protestó su amigo dando pequeños saltitos.— Es sólo jugar al corro que te atrapo —intentó otra vez de convencer al mayor y este negó.

—No seas idiota y terco Luke, puedes tropezar. —gruñó Michael volviendo a su asiento. Luke lo siguió junto a sus bufidos.

— Te prometo que le haré unos buenos lazos a las agujetas, tan sólo...¿Puedo jugar? — preguntó otra vez el pálido y Michael suspiró cansado.

— Más te vale ahora hacerte un buen lazo, no quiero ir a tu fiesta de cumpleaños en un hospital porque raspaste tu rodilla—Michael aceptó y Luke lo abrazó fugazmente para luego seguir su petición.

La inocencia de ambos pequeños era conmovedora, al igual que el desenlace de la anécdota.

—¡Duele! — chilló el ojiazul entre lágrimas mientras la enfermera desinfectaba su rodilla.

—Duele porque está desinfectando Hemmings —la enfermera respondió justo al mismo tiempo que llamaron a la puerta—. ¿quién eres? —preguntó cuando vio una cabeza de cabello castaño claro, casi rubio, tras la puerta.

— Michael Clifford —entró sin invitación contestando a su pregunta. — Sé que es un honor conocerme. —comentó y se acercó a Luke. La enfermera detuvo su tarea sorprendida por la actitud particular del mejor amigo del herido.

— Perdón pero,¿qué necesitas Michael? —la enfermera exclamó estupefacta.

Michael caminó hasta ella y la ignoró olímpicamente. La esquivó y llegó hasta donde su amigo. Se arrodilló frente a él y besó un milímetro más arriba de la herida.

— ¿Mejor? —preguntó Michael y Luke limpió el rastro de sus lágrimas.

— Mejor. —concordó el herido dedicándole una sonrisa.

Y así, cada beso era sinónimo de medicina para cualquier dolor.

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