3. EL ENTRENAMIENTO

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A la edad de cinco años mis padres nos confesaron toda la verdad

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A la edad de cinco años mis padres nos confesaron toda la verdad. Invitaron a mi abuela y a mi tío a merendar. Sabíamos que algo iba mal, ¡ mamá nunca preparaba chocolate con churros! . Cuando mi hermano y yo vimos la merienda, nos miramos los dos pensando qué era lo que habíamos hecho mal.

Pero la historia que nos contaron, el libro antiguo de mi abuela...allí se explicaba todo, su historia, cómo se conocieron mis padres, cómo se enamoraron...Nos hablaron del don que cada uno de los licántropos posee. Mis padres tenían claro cuál era el mío: el encanto. Igual que mi tío, tenía el "poder" de hacer que una persona se sometiese a nuestros caprichos, sin que dicha persona se diese cuenta de que estaba siendo manipulada. 

Pero sobre todo nos advirtieron de lo peligroso que sería que alguien se enterase de mi condición, supondría la muerte para mí y los míos.

Al día siguiente comenzaba nuestro entrenamiento, el tío y papá habían montado una especie de circuito gimnástico. Nos hicieron sudar, correr, saltar...cuando teníamos un par de años más, éramos expertos lanzadores de cuchillos. Teníamos una puntería asombrosa.

Aunque suene raro, nuestro regalo al cumplir ocho años fue una daga tallada por mi padre, Jam, con símbolos de protección y piedras preciosas incrustadas.

Siempre, siempre debíamos de llevar nuestra daga encima.

El peor recuerdo de aquella época lo tenía cuando mi padre me llamaba para entrenarme a mí sola. Veía a mi hermano subir los escalones de la cabaña pesaroso. Y preguntándose ¿porqué?. Nunca observé en Licaón rencor hacia mi parte, pero sé que le invadía una gran pena.

Mi padre construyó una especie de granero enorme donde guardaba el coche, los trastos...En un rincón había montado su taller, pues el negocio cada vez era más próspero y había espacio suficiente para poder entrenarme apartados de las posibles miradas curiosas.

Las ventanas estaban cerradas con cortinas y los portones se trancaban desde dentro con un gran pasador. Habían pensado en todo para salvaguardar nuestro secreto.

Nunca olvidaré la primera vez que vi transformarse a mi padre, sinceramente, me meé encima. Mi hermano se quedó mudo la tarde entera.

Nuestros padres creían habernos traumatizado..pero a la mañana siguiente actuamos como si lo que estábamos viviendo fuese lo más normal del mundo...supongo que después de todo el lobo corría por nuestros genes.

supongo que después de todo el lobo corría por nuestros genes

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Así pasó nuestra infancia...entre libros, entrenamientos, salidas por los bosques para conocer bien la zona...realmente fuimos libres y felices.

Cuando llegamos a la adolescencia nos explicaron cómo eran las relaciones entre los licántropos. Nos hablaron de la conexión, de cómo al encontrar a tu pareja oías en tu mente sus pensamientos, de los sueños para que él te encontrase...pero con nosotros era todo nuevo. Estaba claro que Licaón no tendría problemas de este tipo, era un chico normal. Como cualquier adolescente ya había tonteado con alguna chica, sabía lo que era besarse, toquetearse...y la verdad, nadie se atrevió a preguntar si había explorado algo más...Cuando nos miraba con esa mirada, todos, incluido nuestro padre, dábamos la conversación por terminada.

Pero yo...para mí sería todo nuevo, no sé si alguna vez sentiría esa conexión...se supone que era casi imposible, ya había dejado atrás los dieciséis y ni un sueño, ni un pensamiento. A los diecisiete...nada, ni sueños, ni cosas raras..a los dieciocho por cumplir lo daba por perdido, pues era única en mi especie, la primera mujer loba ¿qué chico normal me querría a su lado? 

Tenía claro que mi futuro no sería formar una familia, conmigo empezaría y terminaría esa nueva especie. 

Tendría que conformarme con ser la tía solterona y querer mucho a los hijos que pudiese tener mi hermano.

Aún tenía dudas de lo que era la conexión...pero enseguida se resolvieron, pues mi tío Liam, que había sido un mujeriego incorregible, se volvió medio loco y le perdimos la pista durante casi tres meses. Un día llegó una postal desde Transilvania...¿podéis creerlo? Se había enamorado de una vampira, eso era como mezclar el agua y el aceite. Nuestros clanes se odiaban...pero el destino siempre había sido caprichoso con nuestra familia.

Mi padre se enfadó muchísmo, pero mi madre le hizo entender que por esta vez, Lian no había tenido la culpa de nada. Además creo que ella se lo puso realmente difícil...pero al final triunfó el amor¡¡¡

Aquí tenéis a Liam, lo conocimos en el primer libro

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Aquí tenéis a Liam, lo conocimos en el primer libro...Espero que os esté gustando, prometo que los próximos capítulos serán más interesantes. Estos son una especie de introducción para aquellos que no leyeron Oscuridad. 

Lo bueno vendrá en los próximos capítulos. 

Votar y comentar si os gusta. ¡ espero que sí, a mí me gusta más que Oscuridad!   Besos

AURORA EN LA OSCURIDAD#GAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora