PRIMER PREMIO EN LOS GHOSTY AWARDS.
Aurora y Licaón son los hijos de Marla y Jam, los protagonistas de Oscuridad.
Aurora esconde un secreto, ser la primera mujer licántropo. Su vida cambia por completo cuando conoce a Jean. Ella nunca creyó posibl...
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ESTE ES LEÓN, Chris Hemsworth ( uno de los hombres más sexys del planeta)
Pasaron quince días desde el accidente y mi vida había dado un giro de 180 grados. Aún recuerdo la cara de pasmo de mis compañeros al entrar en el instituto de la mano Jean .
Los chicos no podían creer que el "nerd veterinario" saliese conmigo (ese era el mote que le habían puesto a mi chico el primer año de instituto).
Pero a él nunca le importó lo que opinasen los demás, nunca ha dejado que le intimidasen o que le afectasen las opiniones de los que no son como él.
Hubo comentarios realmente feos...los chicos pueden ser muy crueles¡¡¡ pero al no darles importancia, dejó de ser noticia en cuatro o cinco días. La gente se acostumbró a vernos juntos.
Otra mala noticia para las chicas del insti, mi hermano estaba loco por Sara, besaba el suelo por ella pasaba. ¿No es increíble el amor?.
Ese día llegaba al instituto un alumno nuevo, los de nuestro clan sabíamos que era el hijo del chamán, lo había mandado a estudiar con su tío que al parecer era muy importante...Ahora había vuelto para ayudar a su padre, todos habíamos comentado que sería bueno para nosotros tener a alguien que siguiese la tradición, pues los licántropos de nuestra tribu se curaban con él, sus hierbas y poderes habían ayudado a los nuestros desde hacía muchos siglos. ¡¡No era plan de llamar al veterinario¡¡¡.
Estábamos todos sentados en el aula, era la clase de mates ¡¡menudo rollo¡¡¡ .
Yo seguía sentándome al lado de Sara y Licaón de Jean. No queríamos ser como esos novios que están el día entero pegados con chicle.
La puerta se abrió, apareció el director y un chico verdaderamente guapo, era el chico más hermoso que había visto jamás. Todas las chicas de mi clase se pusieron en alerta, yo incluida, tenía un magnetismo especial.
Era alto, musculoso. Sabía por mis padres que tenía un par de meses más que yo, por lo que él era licántropo. Tenía una melena rubia, por los hombros y unos ojos intensos azules...¡¡¡por dios parecía un dios griego¡¡¡ me lo estaba imaginando semidesnudo con una túnica blanca sobre su cuerpo y una corona de laureles en su cabeza¡¡
En la clase se hizo el silencio, mientras lo presentaban, las chicas babeaban. Los chicos tendrían un serio rival.
León, su nombre era León.
Él parecía encantado con la situación, lucía una media sonrisa de canalla. Al terminar las presentaciones miró a su alrededor, buscaba algo o alguien. Con toda la seguridad del mundo cogió una silla que estaba libre y se dirigió hacia nosotras. Puso su silla al lado de Sara, ¡no dábamos crédito! Y allí se sentó.
León, Sara y yo, los tres compartiendo un par de pupitres que nunca me habían parecido tan pequeños. Nos miró a las dos con una sonrisa encantadora y nos preguntó: _¿No os importa, verdad? No tengo libros aún y me tengo que poner al día¡.
Y volvió su mirada al profesor de matemáticas como si lo que estuviese contando le importase de veras. Sara y yo nos miramos con la boca abierta y luego nos sonreímos con una sonrisa cómplice. ¡Que envidia nos iban a tener, seriamos las chicas del instituto más odiadas!
Al terminar la clase dos cabreados novios se acercaron a nuestras mesas. Licaón daba realmente miedo, yo conocía su carácter y sin decir una palabra cogió a Sara por la barbilla y le dio un espectacular beso. Estaba claro que estaba marcando territorio. Yo miré a Jean, él siempre tan tranquilo, me sonrió, me dio la mano, la cual cogí encantada y salimos del aula dejando atrás a León. Antes de salir del aula algo me hizo mirar atrás, León estaba observándonos y hubo algo que no me gustó, él seguía sonriendo y me saludó con su mano diciéndome adiós pero sus ojos...no se, sus ojos ocultaban algo.
Era la hora del descanso y los cuatro nos dirigimos al sitio que se había vuelto un ritual para nosotros, el gran árbol. Un viejo roble que daba sombra era nuestro lugar favorito. Allí habíamos pasado nuestros quince días como parejas. Los cuatro nos sentábamos debajo de aquel árbol. En ocasiones los chicos, como caballeros que eran iban a la cafetería a buscarnos un café. Hoy a las dos nos apetecía tomar un café, ellos fueron y nosotras pudimos hablar tranquilamente de León.
Sara se dirigió a mí y me dijo emocionada: _Dios mio¡¡¡ que guapo, nunca creí que podía ser posible encontrar a un chico más guapo que tu hermano, pero este chico es realmente un dios¡¡¡. Yo estaba pensativa, no sabía qué pensar de él. Realmente era hermosísimo, pero...esa última mirada...me había dejado intranquila.
Pasó el tiempo del descanso y cuando volvimos al aula León seguía sentado en nuestros pupitres y una legión de chicas estaban allí haciéndole preguntas sin parar, ofreciéndole los apuntes, alguna más descarada lo invitaba a su casa ..para ponerse al día con las tareas...Él estaba encantado con tanta atención femenina, la llegada de la profesora de inglés hizo que todas esas chicas muy a su pesar tuviesen que volver a sus asientos.
Nos pidió un par de hojas y un boli para tomar notas. Sara se los dejó encantada. Pero sinceramente..¿no sabía que en el instituto era necesario libretas y bolígrafos?. Aún no sé porqué pero la empollona que hay en mí se molestó por ese detalle.
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