10. CELOS

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Licaón llamaba a Sara a gritos, ésta no le hacía ningún caso. Por lo que él decidió correr hasta alcanzarla. Cuando llegó a su altura estaba realmente cabreado, Sara le miró de reojo, nunca lo había visto así de enfadado _¡No necesito niñero¡

Eso cabreó aún más a Licaón : _¡Pues deja de comportarte como una niña!  soy yo el que debería estar enfadado contigo, de hecho lo estoy y mucho...._

 Sara no comprendía su actitud :_¡No te he dado motivos para que estés con esa cara de ogro!

Por unos instantes creyó que ahí se terminaría la conversación, pero Licaón no estaba dispuesto a dejar las cosas así, Sara debía escuchar lo que le había parecido su comportamiento.

 _¿Te parece bonito que después de soltarme ayer toda tus románticas opiniones sobre el amor ideal, sobre lo bonito de esperar a tu amor, hoy decidas ser una descarada?.

Sara no daba crédito, se frenó para mirarle bien a la cara, había luna llena, era luz suficiente para ver los rasgos de ese hombre, parecía un dios de lo hermoso que era, pero ella no estaba dispuesta a que le riñese como a una colegiala _¿De qué demonios estás hablando? 

 Licaón la cogió por los brazos, la zarandeó un poco y soltó todo lo que su negro corazón envenenado por los celos llevaba dentro: _Nada más llegar al centro comercial, ya estabas allí, con con esta falda, que podría ser un cinturón y esa camiseta que deja poco a la imaginación_ Ese comentario hizo enrojecer a Sara. Ella se había puesto sexy para él y no le había gustado¡¡¡

Él siguió humillándola :_ Estuviste toda la noche coqueteando con Jean, acercándote, provocándole, riéndote de sus chorradas...ohhh y ¡lo mejor fue dentro del cine!...compartiendo la bebida y las palomitas como dos tortolitos, las confidencias al oído...tus miraditas, le estabas coqueteando descaradamente. ¡Por dios si estuve a punto de meterle la cabeza a ese gilipollas dentro del cubo de las palomitas! ¡o de romperle su preciosa dentadura cuando te sonreía!.

Sara se había quedado sin habla, estaba celoso, muy celoso ¿Podría ser verdad?

Licaón siguió con su retahíla..._Tú dices que eres mujer de un solo hombre, pues parecía que hoy te hubieses conformado con uno cualquiera, si estas tan necesitada ...yo te puedo ayudar. Te has comportado como una verdadera zorr.....

¡PLAF! Licaón no pudo terminar su frase, Sara le había dado una buena bofetada.

 Se miraron, él estaba impasible, ella comenzó a romperse, le había dicho cosas terribles y los celos nunca justifican esa agresión verbal.

Aunque no quería, no pudo evitar que dos enormes lágrimas se escapasen de sus ojos. Él la miró, casi parecía derrotada, de su boca salió un débil: _Perdóname .

Había metido la pata hasta el fondo y se había comportado como un puto Neanderthal.

_Sara, ¡mírame!_ La agarró más fuerte aún por los brazos _Nunca, escuchame, nunca pidas perdón por defenderte. Me he pasado de la raya y has hecho lo que tenías que hacer. Me lo estaba mereciendo.

Ella lo miró, él besó cada una de sus lágrimas, ella seguía inmóvil, no sabía que pensar.

Licaón estaba realmente arrepentido: _Perdóname tú a mi no sé que me ha pasado ¡maldita sea! sí que lo sé, me he vuelto loco de celos ¿entiendes, Sara? Loco de celos por ti.

Se miraron a los ojos, ya no hacía falta más palabras, él bajó su boca al encuentro de esos dulces labios que quería besar. Su sabor era como se lo había imaginado. Se abrazaron, se besaron, él exploró con su lengua dentro de la dulce boca de Sara y ella le correspondía...¿se podía ser más feliz?. El resto del camino lo hicieron cogidos de la mano, esa sensación casi vuelve loco a Licaón, nunca, jamás había sentido esa conexión con alguien, su corazón daba vueltas en su pecho y en su estómago se habían instalado millones de mariposas, tal y como lo había oído describir miles de veces. ¿Sería posible que esto le pudiese ocurrir a él?

Como dos recién enamorados se paraban en cada árbol para besarse, estaban como en una nube. Habían llegado a casa de Sara.

Se estaban despidiendo cuando, Licaón, sintió una sensación extraña, un fuerte dolor en el costado...Se dobló por el dolor. Sara se asustó:_ ¿Qué tienes, dime lo que tienes?

Él la miró, su cara se había transformado, se podían leer en sus hermosos ojos el miedo.

_Creo que es Aurora, algo malo le ha pasado.

Licaón se fue corriendo a su casa, atravesaba el bosque a una velocidad increíble para un humano, corría como un loco, no se daba cuenta que su piel rozaba zarzas y ramas...sólo quería llegar a casa.

sólo quería llegar a casa

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¿OS ESTÁ GUSTANDO?...ESPERO QUE SÍ. ME GUSTARÍA SABER DESDE QUE PAÍS ME LEÉIS. 

YO SOY DE ESPAÑA... ¿Y VOSOTROS?

AURORA EN LA OSCURIDAD#GAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora