Cuando llegó a su casa, esa sensación se había incrementado, como gemelos que eran tenían una conexión especial.
Subió las escaleras de tres en tres, gritando el nombre de Aurora por toda la casa, sus padres se levantaron al oír el escándalo. Los tres juntos entraron en la habitación de la chica.
Nada, el camisón en el suelo y la ventana abierta.
Eso solo podía significar una cosa.
Enseguida se organizaron, Marla, se quedaría en casa por si llamaba por teléfono o volvía. Jam se transformó en lobo y perseguiría el rastro de Aurora y Licaón buscaría por las carreteras y llamaría a los hospitales.
Jam llegó cerca del lugar sagrado donde él se casó ¿qué hacía allí Aurora? rastreó su olor y se preocupó y mucho, había salido a la carretera, se fijó que había restos de un atropello. Cristales de un faro de coche rotos, pelo y sangre de su pequeña. En su vida había sentido tanto miedo.
¿Qué hacer a continuación?
El rastro se perdía, estaba claro que se la habían llevado. La desesperación y la angustia no le dejaba pensar con claridad, a su mente acudían todo tipo de imágenes terribles, de torturas y muerte. Ellos la habían protegido todo este tiempo, ahora ella estuviese donde estuviese, debía de protegerse sola.
Jam volvió a casa, Marla le esperaba llorando en el porche ¡maldito vínculo!
Quería ahorrarle el disgusto a Marla, haberle suavizado las cosas...pero el miedo por su hija le hizo ser imprudente y sus negativos pensamientos habían calado hondo en su esposa.
Se abrazaron y decidieron esperar noticias de su hijo ¡quizás él había tenido más suerte!
Pero tres horas después, la búsqueda resultó infructuosa.
Los tres estaban derrotados, no sabían cómo encontrarla, ni que hacer, la querían de vuelta con ellos, en casa, a salvo.
_¡¡¡Ohh, mierda, mierda, esto sólo me puede pasar a mí¡¡¡.
El chico encendió las luces de la consulta y dejó al hermoso lobo encima de la camilla. Lo sedó, no era plan de que se despertase y le atacase.
Lo reconoció, había trabajado con su padre y conocía lo básico de la profesión. Comprobó que tenía una costilla rota y un buen golpe en la cabeza. Limpio las heridas lo más cuidadoso que pudo, le vendó el costado y le dio medicación para mitigar su dolor.
Dejó que descansase, le puso una manta por encima que tenía el logo de la veterinaria de su padre, no podía resistirse acariciar el pelo tan bonito que tenía, era uno de los lobos más hermosos que había visto.
Se sorprendió en el reconocimiento al ver que era una hembra, muy musculada y fibrosa, estaba en una gran forma física. Cerró las luces de la sala y decidió que había sido una noche muy larga, casi estaba amaneciendo y no había descansado nada, no entendía porqué le costaba dejarla sola allí. Solo era un animal.
Jean se recostó en el sofá cama que tenía su padre en el despacho, mandó un sms a su padre de que estaba en casa de un amigo, que no se preocupasen por él.
No le gustaba mentir, pero prefería estar más tranquilo cuando le explicase a su padre porqué había cogido la camioneta y se había ido al bosque en medio de la noche ¿qué le iba a explicar si ni él mismo entendía porque había hecho esa locura? La culpa la tenían esos extraños sueños, que no le dejaban descansar bien.
Y para colmo había atropellado a una loba. ¿Se podía tener más mala suerte?.
La llegada del día iluminó el despacho y dejó que los rayos del sol se filtrasen por las ventanas, uno de esos rayos chocaban de lleno en las gafas de Jean, por lo que era imposible no despertarse. Se desperezó, preparó una bandeja con vendas, un antiséptico y un poco de sedación, no quería ser el desayuno de ese animal.
¡Comida! Tendría que darle algo de comer para recuperar las fuerzas, pero qué.
Cuando se dispuso a entrar en la habitación, lo hizo sin hacer ruido, podía asustarse y atacarle. Aunque aún debía de estar sedada, le había dado una dosis importante.
Cuando Jean entró, la bandeja se le cayó al suelo armando un ruido realmente estrepitoso. Sus ojos le estaban jugando una mala pasada
¡No estaba bien ¡no podía ser!...
Allí, como una diosa del Olimpo estaba la mujer más bella del mundo, totalmente desnuda. Una vez que los latidos de su corazón volvieron a su ritmo normal, se acercó a la chica. La miró, era realmente hermosa, tenía una venda en el costado y otra en la cabeza...su cerebro debía de estar frito o simplemente se había vuelto loco. Allí en aquella fría camilla de hospital estaba Aurora. La tapó con la manta, por pudor y se quedó allí contemplándola sin saber qué hacer.
Había atropellado a un lobo y ahora allí a su lado, había una mujer, una hermosa mujer que conocía muy bien.
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AURORA EN LA OSCURIDAD#GAwards
WerewolfPRIMER PREMIO EN LOS GHOSTY AWARDS. Aurora y Licaón son los hijos de Marla y Jam, los protagonistas de Oscuridad. Aurora esconde un secreto, ser la primera mujer licántropo. Su vida cambia por completo cuando conoce a Jean. Ella nunca creyó posibl...