Decido levantarme y cruzar la puerta. Camino lentamente por un oscuro pasillo. Solo veo puertas numeradas y supongo que hay otros como yo adentro. Escucho pasos y corro nuevamente a mi lugar como si nada hubiera pasado.
Ingresa una persona encapuchada que me da su mano y me ayuda a levantarme. Me guía hacia una sala, la misma que vi la primera vez que estuve acá. Me acerca suavemente a una mesa donde me reúno con otros chicos de mi edad aparentemente igual de perturbados que yo. Apenas cruzo miradas con ellos y todos las bajan, salvo uno, el que estaba sentado enfrente de mí.
No deja de mirarme y como no tengo la suficiente paciencia en estos momentos decido hablarle con un tono no demasiado agradable. Le pregunto si no tiene otra cosa que mirar y me contesta que le resultaba sospechoso lo amable que había sido el encapuchado conmigo y que seguramente estaba infiltrada, que era una más de "ellos". Los demás levantaron la mirada y se hicieron a un lado. Inmediatamente le contesto que no sé de qué me está hablando, que lo único que recuerdo es un sonido ensordecedor, esta sala y después este infierno de encierro y riesgo constante. Me pregunto a qué se habrá referido cuando habló de un "ellos".
" <<Estamos solos en la selva, nadie puede venir a rescatarnos>> " me dice cantando. "Mi nombre es Valentín" y me extiende su mano. Dudo unos segundos pero decido devolverle el gesto y le digo que mi nombre es Camila. Creo que es su forma de ofrecerme una disculpa. Temerosos, se vuelven a acercar los demás.
Dicen que las primeras impresiones son importantes. Valentín es desconfiado y paranoico. Los demás lo ven como un líder y me intriga saber por qué. No entiendo por qué me trató de infiltrada o de acomodada o lo que sea. Todos sufrimos lo mismo y claramente no tengo ningún trato preferencial o ¿Alguien vino a salvarme cuando casi me aplasta la pared? Por lo menos tiene un punto a favor: Le gusta Soda Stereo. En fin, en cierto punto tiene razón, estamos solos acá y no tenemos a nadie más, no tiene sentido discutir entre nosotros.
Nos traen comida y si bien estoy desesperada por al menos un bocado voy a esperar a que los demás la prueben, no quiero morirme por comer algo envenenado o podrido. Veo que no les pasa nada e incluso lo disfrutan. Lo pruebo y jamás comí nada tan rico como esto. No sé qué es pero es perfecto.
Valentín comenta que es lo que vivió en su cuarto, por supuesto, lo mismo que viví yo y supongo que todos los que estamos acá, así que intento ignorarlo. Pero en su relato noto una diferencia con lo que me pasó. Cuando se escuchó el zumbido tuve tiempo para salir del cuarto antes de que me vinieran a buscar. Según él, la secuencia fue oscuridad-zumbido-puerta-encapuchado-sala. Esos minutos de regalo que tuve tienen que significar algo o tal vez, fue solo una falla del sistema que tendría que haber podido aprovechar para escapar. No lo conozco para confiar en él y comentárselo. La verdad, Valentín dudó de mí, yo elijo dudar de él.
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Sobrevivientes
Teen FictionCamila una chica que creía tener su vida resuelta y un futuro perfecto descubre que su vida cambió en un segundo. ¿Imaginás no saber como llegaste a un lugar del que no podés salir? ¿Estar encerrad@ en una habitación sin escapatoria? Únicamente podé...