Lo mejor para los dos

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Sin pensar demasiado porque mi cabeza va a explotar en cualquier momento, me uno al resto y saco una lata de la comida envasada de mi mochila y únicamente intento concentrarme en eso por un rato. El resto de los chicos hablan y hasta se ríen y cuentan anécdotas. Yo los miro uno por uno en silencio mientras me termino mi porción. Según Julián, estamos a mitad del túnel y tenemos todavía 6 horas de ventaja. A este ritmo en un par de horas más voy a estar en mi casa olvidándome de todo esto de una vez por todas.

Decidimos dormir un rato para poder recuperar las fuerzas antes de seguir. Obviamente, no nos vamos a arriesgar a hacerlo todos al mismo tiempo, por lo que optamos por turnarnos y montar guardias rotativas. La verdad es que con todo lo que pasó necesito un tiempo con misma para pensar así que me ofrezco como voluntaria para tomar este primer turno. Valentín no tuvo mejor idea que automáticamente decir que él también se quedaría despierto. ¿Tan difícil es entender que no quiero hablar con él?

El resto se acomodan para dormir mientras yo elijo un buen lugar donde estar dentro de todo cómoda pero no del todo para mantener mis ojos abiertos. Me siento de frente mirando el camino que dejamos atrás. Inevitablemente hago un repaso mental de todo lo que estamos abandonando al irnos de acá. Esta experiencia me marcó para toda la vida.

Y como era de esperar, mientras que hago un esfuerzo impresionante para no quedarme dormida, se acerca Valentín con claras intenciones de hablar. No tengo escapatoria y creo que no puedo esquivarlo más.  Así que sin sacar la vista del túnel simplemente escucho lo que tiene para decir, es lo mejor para los dos.

Se sienta al lado mio y sigo sin mirarlo. Nos quedamos en silencio así por un rato. Hasta que tomo impulso y le digo "Me tendrías que haber contado que ibas a hacer esto, era tan simple como avisarme que ibas a hacer de cuenta que ..." y no puedo terminar la frase sin empezar a llorar con bronca. Todavía sin mirarlo, me seco con brusquedad las lagrimas y me quedo en silencio otra vez. "Cami, pensé que decírtelo era ponerte en riesgo si el plan fallaba. Si volvían a atraparnos o algo salía mal no quería que vos también sufrieras las consecuencias. Ahora viéndolo a la distancia, me doy cuenta que dejarte afuera de esto fue peor y me arrepiento de haberlo hecho pero creí que lo mejor era esto." Me mantengo sin mirarlo. "La decisión la tomaste vos por los dos, ahí estuvo tu error, no incluirme. Pensé que eramos un equipo." le dije cada vez con un enojo más y más notorio pero siempre intentando no hablar demasiado alto porque los chicos siguen durmiendo.

"Cami, cuando Julián empezó a ser mi encapuchado y me contó su idea de sacarnos a todos de acá me pidió que no te dijera nada porque él quería ser quien hablara con vos cuando fuera el momento. Entendiendo las circunstancias me pareció que era él quien tenía que decirte la verdad y no yo. Ese día que compartimos tiempo juntos en tu cuarto, gracias a la ventaja del ducto de ventilación, quise volver a mi sala a decirle a Julián que cancelaba mi escape, que no iba a dejarte sola en esto. Cuando vino a sacarme para poder preparar la escena y simular que no había superado la prueba del fuego, le expresé mi deseo de llevarte con nosotros y me dijo que no era el momento para que vos salieras todavía, que no era lo que habíamos acordado. Insistí en que mis nuevos términos eran esos y que sino nuestra alianza terminaba en ese momento. Y justo antes de irse, usó contra mi a la única persona por la que era capaz de cambiar de idea. <<Qué lástima, te iba a decir que se como salvar a tu hermana, pero bueno, si no te interesa más nuestra alianza...>> Me acuerdo esa frase a la perfección. Hizo que mi mundo girara 180° en un segundo y a pesar de ser consciente de la extorsión de Julián no dudé ni un segundo en acompañarlo.Se que eramos un equipo y espero que en algún momento podamos volver a serlo."

Intento ponerme en su lugar. Si a mi me hubiera pasado lo mismo hubiese actuado igual sin pensarlo dos veces. Lo miro a los ojos y le creo pero no puedo omitir el hecho de que me hubiera gustado saberlo y no sufrir por creer que lo había perdido para siempre.

De repente un lejano ruido de motores interrumpe nuestra charla. Claramente perdimos nuestra ventaja. Me apuro en despertar a los chicos y voy a buscar principalmente nuestras armas. Es hora de correr. 

SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora