Por fin estamos las tres solas. Mientras Ema me prepara una sopa, Agnes me empieza a poner al tanto de todo lo que sabe. Julián está jugando al doble agente pero teme que se den cuenta pronto porque en la última prueba supuestamente Adam, Agnes, Ema y yo morimos y siendo tan unidos podría llegar a resultar sospechoso. Durante los horarios de descanso de los encapuchados Julián viene a este lugar que él descubrió un tiempo atrás y a donde armó esta especie de refugio pre escape para todos nosotros. Un rato antes de que sea el horario de despertar y volver a trabajar, Julián vuelve sigilosamente a su lugar para que nadie lo descubra. Lleva esta rutina desde que incorporó a Valentín en su plan de escape y prácticamente no duerme desde ese momento.
Ni las chicas ni Adam estaban al tanto de esta situación. Vivieron lo mismo que yo. Julián y Valentín fueron a rescatarlos en medio de la oscuridad y los trajeron hasta el lugar. La única diferencia es que solo a mi me sedaron para hacerlo porque creían que al desconfiar tanto de Julián jamás aceptaría acompañarlo por voluntad propia. Creo que en ese punto tuvieron razón, nunca hubiera ido con él ni así me lo rogara.
Cuando llegué se dieron cuenta que volaba de fiebre y que estaba débil, por lo que decidieron posponer la escapatoria un poco más hasta que yo pudiera unirme a ellos. Hoy, la idea es ejecutar el plan a pesar de que aún estoy un poco desorientada. Ya resulta bastante insostenible la situación para Julián y por lo que me cuentan es el único que sabe el camino de salida más rápido y discreto de este lugar o mejor dicho, es el único que conoce la forma de escapar.
Mientras Ema se une a la conversación y me da un plato y un cucharra para mi sopa, continúan contándome todo lo que me perdí. Julián les dijo que no sabe quienes son "ellos" ni cuales son sus motivos pero que a él lo convencieron de participar y que ahora está totalmente arrepentido. Lo mismo me había comentado a mí hace unos días pero aún no le creo que no sepa quienes son ni por qué estamos acá. No termina de tener sentido sino el porqué de su colaboración con la causa. Si bien este tema es fundamental, hoy no me resulta clave. Solamente quiero volver a casa.
Todo lo necesario para el escape está listo. Cada mochila tiene provisiones suficientes como para sobrevivir por unos días y armas para defendernos en caso de ser necesario. Yo no tengo idea como manejar una pistola pero imagino que si tengo que hacerlo le voy a buscar la forma. Asumiendo que claramente no se usarlas, Agnes me comenta que Julián y Valentín saben hacerlo y que ellos les enseñaron. ¿Por qué ya nada me extraña? Hasta me parece normal que sean expertos en esto. Ya nada me sorprende la verdad. Me gustaría no depender de ninguno de ellos dos para nada en este escape, lamentablemente, tengo que ceder por lo menos en esto para poder aprender a defenderme.
Entra Valentín y me dice que lo acompañe para aprender a disparar. Lo sigo con un claro descontento que se me nota en la cara y lo exagero un poco también para que resulte obvio que estoy lo suficientemente enojada como para no hablarle nunca más pero que este es un caso de fuerza mayor así que voy a hacer una excepción. Vamos hasta el galpón donde estaban preparando las mochilas antes y nos dirigimos a un rincón donde hay un maniquí bastante destruido por lo que imagino que acá es donde entrenaron a todos.
Agarra un arma y me la da. No quiero ni cruzar sus ojos con los míos. Quiero terminar con esto lo antes posible. Se me acerca e intenta empezar a explicarme lo inexplicable pero lo detengo. Es bastante arriesgado de su parte tratar de hablarme con lo evidentemente enojada que estoy y teniendo un arma en la mano. Creo que confía en que no sería capaz de lastimarlo. El problema es que no se si soy la misma Camila de siempre. Este lugar, las traiciones, los dolores y el sufrimiento siento que me hicieron ser otra persona. Me fui protegiendo y creo que hoy soy más fría que nunca. Tal vez, si tuviera que hacerlo, lo lastimaría y no me da vergüenza decirlo. Él me lastimó fingiendo su muerte, si yo tengo que hacerlo para defenderme, lo haría sin dudarlo.
Le grito y le digo que deje de hablar y me deje en paz. Me doy vuelta y disparo. La bala va directo a la cabeza del maniquí. Creo que el entrenamiento está definitivamente terminado. Dejo el arma en la mesa y salgo corriendo. No estoy preparada para escuchar a Valentín ni a Julián ni a nadie. Quiero terminar de una vez con todo esto, quiero volver a casa y nada más.
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Sobrevivientes
أدب المراهقينCamila una chica que creía tener su vida resuelta y un futuro perfecto descubre que su vida cambió en un segundo. ¿Imaginás no saber como llegaste a un lugar del que no podés salir? ¿Estar encerrad@ en una habitación sin escapatoria? Únicamente podé...