Traición

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Vuelvo a despertarme otra vez en el mismo lugar. Miro a mi alrededor y veo que estuvieron suministrándome lo que imagino era suero. La verdad es que todavía no veo bien del todo y prefiero pensar que fue eso y no otra cosa. Si bien me siento un poco mareada todavía me siento con más fuerzas como para ponerme de pie. Y así, lo logro sin ningún inconveniente. Siento un poco de frío por lo que a pesar de lo que significa ese buzo para mí decido dejármelo e incluso me envuelvo en la manta que me cubría y me dirijo hacia la puerta más cercana por la que vi entrar a Julián la vez anterior que desperté.

Al abrir la puerta me encuentro con otra pequeña sala bastante similar a la anterior. Lo primero que veo es a Julián que se acerca a mí. Me pregunta cómo me siento y cuando intento decirle que más o menos, no logro que me salgan las palabras así que simplemente me rindo y le demuestro lo mismo en gestos. Me dice que ya voy a estar mejor y que esta pesadilla se va a terminar pronto. Me gustaría decirle miles de cosas pero la verdad no tengo fuerzas ni ganas así que dejaré la pelea y la discusión para otro momento.

Me acompaña a sentarme a un sillón idéntico al anterior donde me dice que espere que va a buscarme algo para comer, que por favor no me moviera de ahí hasta que él regresara. Simplemente afirmo con la cabeza y decido esperar. Pero tengo ganas de ir al baño y no tengo idea a donde ir, entonces, me levanto y voy detrás de Julián para que me guíe a donde ir. Abro la puerta y veo a seis personas con buzos negros acomodando comida, ropa y armas en siete bolsos. Están de espaldas a mí y todos con capuchas menos Julián que al verme vuelve corriendo a la puerta para sacarme de acá. Me dice que me pidió por favor que me quedara en mi lugar y con un hilo de voz logro decirle que cuales eran mis reales intenciones. Me gira e intenta dirigirme hacia adentro otra vez pero al escuchar mi voz, uno de los encapuchados se da vuelta y dice mi nombre. Instantáneamente giro la cabeza y aún con la vista un tanto borrosa logro identificar esa mirada y antes de volver a perder el conocimiento puedo balbucear su nombre: Valentín.

Vuelvo a la realidad sin entender demasiado y sin querer abrir mis ojos. Solo recuerdo los peores momentos con ellos dos. No puedo pensar en otra cosa. Me siento traicionada. En el fondo de mi corazón deseaba que estuviera vivo pero no creí que fuera tan egoísta como para desaparecer así. Traición, solo siento eso por repetitivo que suene.

 Escucho la voz de ambos. Están discutiendo. Valentín le reclama no haberle avisado que yo había despertado mientras que Julián le contesta que no le había dicho nada porque yo todavía no estaba lista para verlo.

Sinceramente, para mí son dos mentirosos. No quiero ni hablar ni verlos más que lo justo y necesario para salir de este lugar. Abro los ojos y en un segundo tengo a Julián y a Valentín al lado mio preguntándome como me siento. No les respondo y me quedo en silencio con la vista puesta en la puerta enfrente mio. 

Julián intenta acariciarme la cara y le corro la mano bruscamente. No quiero que existan más en mi vida, ninguno de los dos. Puedo observar, de reojo, el cansancio en el rostro de Julián. Valentín, por su parte, se rapó y por primera vez siento miedo en su mirada. Si bien puedo notar que ambos no son los mismos que conocí prefiero por el momento hacer de cuenta que no los conozco. No puedo procesar todavía todos los últimos eventos, por lo que creo que lo mejor es simplemente actuar como si nada hubiera pasado.

Mientras hacen su mejor esfuerzo para intentar mi respuesta y atención observo que la puerta se abre y veo a Ema y a Agnes entrar a la habitación. Se dibuja una sonrisa en mi cara y ambos se dan vuelta a mirar que es lo que generó en mi una reacción que ellos no pudieron. Me incorporo y con las pocas fuerzas que tengo corro al encuentro de mis amigas. Las abrazo sabiendo que tenerlas conmigo es la mayor tranquilidad que puedo pedir en este momento. Les susurro que no quiero hablar con ellos dos y me llevan a otra sala para que podamos estar las tres solas. En el camino pasamos por el galpón en el que estaban preparando las cosas y vi a Adam y a una chica más que no reconozco. Todos los que sobrevivimos del equipo inicial estamos acá listos para nuestro gran escape como lo planeamos desde un principio aunque con algunas pequeñas modificaciones. 

SobrevivientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora