Entra mi encapuchado y me lleva bruscamente a las duchas y sé que ahí estoy segura. Le cuento a las chicas lo que descubrí y que deberían intentarlo ellas también estando en los cuartos de enfrente no debe haber demasiada diferencia con los nuestros. Las pongo al tanto también de la soga pero prefiero guardar el secreto del refugio para él y para mí, por si acaso, prefiero que sea nuestro secreto.
De nuevo en el cuarto, las luces se encienden y sé que es hora de una nueva prueba, así que entro en el ducto y me dirijo a nuestro escondite a esperar a Valentín solo para regresar una vez que esta termine. No se como actuar cuando lo vea, ¿Lo saludo o no? ¿Hago como si nada hubiera pasado o le propongo hablar del tema? Tampoco se si tengo demasiado para decir, la verdad me tomó por sorpresa su reacción del otro día.
Ya en el refugio, me siento a esperar mientras revivo todo lo que nos pasó acá adentro y lo lejos que llegamos. Repaso mentalmente prueba a prueba con la tranquilidad de saber que es historia pasada y que ya no vamos a tener que pasar por lo mismo. Ya se fue el dolor y el sufrimiento, ahora solo queda resistir.
Valentín debiera ya haber venido porque hace un buen rato que se encendieron las luces. A lo mejor la prueba es sencilla y siente que no tiene sentido movilizarse hasta acá y correr el riesgo de ser descubiertos. Yo la verdad, aunque sea fácil prefiero ahorrarme la situación.
Sigo pensando y recordando cada segundo vivido en este lugar. No logro entender cuál es el fin último de retenernos acá, si hubieran querido matarnos a todos ya lo hubieran hecho. No entiendo que quieren, que buscan. Sea cual fuere el motivo es completamente macabro.
Lo único bueno de este lugar es la gente que conocí. Agnes y Ema son las mejores amigas que tengo en mucho tiempo. Siempre tuve mis reservas sobre la amistad entre mujeres pero la verdad que no me arrepiento de incorporarlas a mi vida y correr el riesgo de que sean como el resto. Y por supuesto, haber conocido a Valentín es otra de las cosas rescatables de acá. Repito en mi mente una y otra vez el beso que me dio antes de irse. Empiezo a preocuparme porque no aparece en el refugio y prometimos encontrarnos acá.
Decido ir a buscarlo porque soy más de las que se ocupan que de las que se preocupan. Entro en el ducto de ventilación y empiezo a toser. Hay un poco de humo y cada vez que me acerco más al cuarto de Valentín se vuelve más y más espeso y mucho más difícil poder respirar. Cuando estoy por llegar a su reja se enciende la luz y decido apurarme para volver a mi lugar y que no me descubran.
Escucho el zumbido de la puerta y entra mi encapuchado y me lleva al salón comedor. Lo primero que hago es buscar a Valentín con la mirada pero no está. Los demás me preguntan por él. No sé qué responder y decido quedarme en silencio. Tengo la esperanza de que por algún motivo esté retrasado y esté por llegar. Los escucho hablar de esta última prueba, del fuego salvaje que provocaba muchísimo calor y el humo que hacía imposible respirar. Se muestran entre ellos sus quemaduras y sus cicatrices de pruebas pasadas. Todo me suena distante aunque los tengo solo a unos centímetros. Si no es Valentín no quiero escuchar, ya no me interesa nada más. Los minutos pasan y no aparece, mi conclusiones es la que todos imaginamos y no me animo a decir en voz alta.
No como un solo bocado durante la comida y espero a que mi encapuchado me lleve a mi cuarto. Me siento y toco línea por línea las marcas que hizo Valentín en la pared para contar los días. Desde que estoy en su cuarto sigo con esta idea, es lo más cercano a una noción del tiempo que tenemos. Día a día, marca a marca, prueba a prueba. Siento increible como en un lugar tan horrible y oscuro Valentín haya podido impregnarlo con su esencia.
No entiendo como fue ni qué es lo que pasó, solo se lo que importa y es que no está más. Acabo de perder a mi principal aliado en esta guerra. "Vamos a escapar juntos te lo prometo" le dije y le fallé. Lo perdí.
Recorro el lugar con la mirada y descubro en una de las paredes una frase, tallada con piedra igual que el contador de días, que no había visto antes. Tal vez la escribió cuando estuvo acá conmigo el otro día, mientras yo dormía. <<No morirá lo que debe sobrevivir>>. Respiro el aire que siento no merezco respirar. Sin Valentín, este lugar no va a ser el mismo y no sé si tengo ganas de seguir intentándolo. Aunque su mensaje me resulte totalmente irónico en este momento, siento que hoy tiene más sentido que nunca. Voy a hacer todo lo posible por escapar y sobrevivir por él, por mí y por todos los que estamos pasando por esto. Cierro los ojos y aunque intento hacerme la superada y que todo está bien empiezo a llorar hasta quedarme dormida.
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Sobrevivientes
Teen FictionCamila una chica que creía tener su vida resuelta y un futuro perfecto descubre que su vida cambió en un segundo. ¿Imaginás no saber como llegaste a un lugar del que no podés salir? ¿Estar encerrad@ en una habitación sin escapatoria? Únicamente podé...