CAPÍTULO 11

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El humo negro y el fuego no dejaban de salir, mientras que el caos y los gritos de las personas no terminaban.
La gente corría aterrorizada por algo tras el fuego, pero por más que Willow o Jack intentaban hablar con una persona, éstas los evitaban.

—¡Jack, mira! —entre la gente que corría, se podía apreciar a un peculiar grupo de jóvenes que no lo hacían.

—¡Chicos! —llamó su atención con un grito y ellos atendieron al instante.

—¿Jack, qué haces aquí? —preguntó Cold muy alarmado. Ambos se acercaron.

—Lo mismo podría preguntarles —otra explosión, el caos se elevó más y más—. ¿Qué está pasando?

—No sabemos, solo...

De repente, un poderoso y horrible rugido silenció todo, todos quedaron catatónicos tras el aterrador estruendo, después, un par de automóviles fueron lanzados por una gran fuerza sobrehumana, estrellándose y hundiéndose en fuego a mitad de las calles y los edificios a la redonda.

—¿Pero qué diablos...? —lanzó Pepper abriendo sus ojos de par en par.

De entre las llamas, algo emergió.
Una criatura infernal, que solo uno vería en sus peores pesadillas.
Un ser humanoide, de casi tres metros de altura, de piel gruesa y de color gris oscuro y con un gran parentesco a un rinoceronte. Una abominación inimaginable que esparció el miedo por todo el lugar.

Aquel chico misterioso contempló la criatura, y solo eso bastó para hacerlo recordar, las memorias azotaron violentamente su cerebro como el indomable oleaje del océano. Agitado siguió mirando, sabiendo que todo lo que sucedía tenía que ver con él.
Mientras tanto, todos quedaron paralizados por el miedo que infundía esa monstruosidad, la criatura observó al pequeño grupo de Alterados, y en cuanto vio a aquel chico misterioso, rugió con gran odio.

—¡Barry! —emitió con una aterradora voz gutural mezclada en aquel rugido. Todos temblaron, pero nadie alcanzó a reaccionar, la criatura corrió rápidamente hacia él con toda la intención de asesinarlo con una gran embestida.

Al tenerlo casi en frente; todos se movieron, exceptuándolo a él, la criatura llegó como un inminente fin, pero para sorpresa de todos; esquivó el ataque. Se lanzó con una fuerza inhumana y quedó fuera de su alcance, la monstruosidad rugió de nueva cuenta y lanzó más ataques contra él.
Pero se adelantó a eludir todos con una destreza sin igual, lanzándose por aquí y por allá, haciendo maniobras que solo un cirquero o atleta profesional hubiese podido hacer, era casi como si se anticipara a sus ataques.

Cold no pudo evitar intervenir, entonces lanzó una poderosa ventisca helada hacia la bestia, congelándolo por completo. Pero no pasaron muchos segundos cuando ésta destruyó su prisión helada.

Nuevamente la bestia rugió, entonces de entre las llamas más cosas comenzaron a emerger, lucían medianamente similares a una persona, pero el fuego las iluminó lo suficiente como para revelar su verdadera y horrenda naturaleza.
Criaturas humanoides de aspecto animal, cual híbridos de una extraña mezcla entre feroces depredadores y seres humanos, corriendo y creando caos a donde sea que viraban.

—¡Yo me encargo de él, ustedes ayuden a la gente! —gritó el tal Barry mientras se alejaba con la bestia mayor.

—Carajo. Tiene razón —exclamó Jack al ver la horda de criaturas corriendo hacia ellos.

—Pero... —Pepper trató de intervenir, pero seguía algo afectada.

—Debemos confiar en él —miró detenidamente a su pequeño grupo, y ellos no repilcaron, como si esperaran que siguiera, apretó el mentón y miró a su alrededor—. ¡Muy bien, Cold, Willow y Pepper protejan a la gente, alejen a todos de las calles y mantengan a esas cosas a raya. Quick, tú y yo ayudaremos a las personas en los edificios, hay que ponerlos a salvo! —dictó con una voz firme y decidida.

ALTERADOS: El Origen De Los Defensores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora