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Me miré al espejo mientras me ponía el arete color blanco hueso, tenía un vestido color azul marino tres dedos de mis rodillas, unos tacones color blancos y mi cabello ondulado.

Bajé las escaleras de mi departamento y busque mi celular que estaba en la mesita de la sala y lo entre en mi bolso de mano y salí de mi departamento.

Vi un carro color negro no podía ver quién estaba dentro ya que los vidrios estaban negros. Me dirigí hacia ese carro, abrí la puerta y entre.

-Hola- le di un beso en los labios y le sonreí.

-Hola bebé, estás preciosa hoy- se mordió el labio y apretó mi muslo desnudo.

-Gracias- sonreí y puse mi vista hacia abajo, sin tener que hacer tanto el lograba hacerme sonrojar con facilidad.

Puso el carro en marcha, habíamos quedado en que iríamos a un restaurante y luego a elección libre escogeríamos un lugar para ir.

Llegamos al restaurante, el camino fue algo corto. El parqueo el carro se bajó de él y fue a abrirme la puerta. Como siempre un caballero.

Salí del carro con la ayuda de el, al a ver poco espacio entre nosotros y un carro a cada lado hizo que nuestros cuerpo se pegaran y respiráramos el mismo aire. Mire sus ojos y sus ojos miraban los míos, luego puse los míos en sus labios se acercó un poco hacia mí y termine juntando nuestros labios formando un dulce y corto.

Trató de darme algo de espacio para que pudiera salir pero fue inútil, hice mi mejor intento para salir sin perder el equilibrio, sentí como mi trasero rozaba su parte masculina, mordí mi labio para que no saliera una risa, agarre su mano y quede detrás de él mientras caminábamos hacia la entrada.

Pude notar un carro que se me hacía familiar pero no recordaba de quién era o donde lo había visto.

-Kimberly- dijo -vamos-

Lo seguí hasta donde se encontraba una mesa para dos. Como siempre jalo la silla para que me sentara y luego él hizo lo mismo. Todo fue rápido, pedimos la comida y en menos de 30 minutos ya estaba llagando nuestra comida la mesa.

Con ayuda de mi tenedor agarré la pequeña carne que se encontraba en mi plato y me la llevo a mi boca. Puse mi vista en el ambiente, note como una pareja pasaba por mi lado y seguía su camino hacia los baños. No sé porqué pero se me hacía parecida o conocida de algún lugar.

-Mmm, perdón tengo que ir al baño- dije sin esperar una respuesta.

Camine hacia donde se había dirigido la pareja hace un momento y quede intacta cuando noté a la persona que por tres largos meses no he vuelto a ver. Se encontraba de espaldas a mí, vestía con un traje color negro, su pelo como siempre peinado hacia atrás.

Dio vuelta y de inmediato hice lo mismo pero su voz me detuvo.

-¿Kimberly?- dijo con su típica voz ronca, una voz que aunque lo negara mil veces, yo aún extrañaba. Maldije dentro de mí y di media vuelta solo para poder ver su rostro, no mostré ningún sentimiento ni tampoco una sonrisa solo permanecía quieta.

La ultima vez que vi a Carlo fue cuando volví de la casa de Karla, ese día quede muy mal, llame a Karla para que me hiciera compañía. Desde ese día no supe más de él. Dos días después quede con el chico de Starbucks para salir a conocernos mejor. Quizás no era lo mejor pero necesitaba olvidar a Carlo por unos días.

Flashback*

-Aquí está tu factura linda- puso el papelito en mi pequeña mesa y leí lo que decía "¿Aceptas salir conmigo?" reí por dentro y con un lápiz escribí mi número y me fui de Starbucks dejando el papelito en la mesa
-hola- dije algo seca.

Fin del Flashback*

Nos fuimos conociendo y en realidad me agrado muchísimo, fuimos saliendo y también algunos besos pero no más de ahí. Supe que Collin y Karla se habían arreglado y me sentí muy bien por eso. Pasaban los días y solo me preocupaba por mí y por nadie más.

-¿qué haces aquí?-

-lo mismo que tú haces aquí- dije aún más seca.

El mostró una media sonrisa -si, claro-

Acto siguiente fue la mujer que salió del baño, vestía con un vestido color rosado oscuro, espalda descubierta y bastante corto como para no disimular lo que tiene.

-Que yo sepa el baño está por aquí- dijo Jennifer señalando el baño de mujeres, bajo su mano hasta donde estaba la de Carlo y la apretó un poco.

Nuevamente maldije por dentro, de verdad que odiaba a esta mujer y odiaba verla aún más al lado de Carlo. Me rompía el corazón saber que todo este tiempo que no estuvimos comunicado se encontraba con ella. No hice caso a lo que dijo y solo di mi por fin terminada media vuelta para seguir el camino hasta mi mesa.

-Te demoraste algo, ya te iba a ir a buscar al baño- dijo.

-Perdón, surgió algo imprevisto- le mostré una sonrisa.

-Esta bien, come para luego llevarte al otro lugar al que te prometí- dijo acariciando mi mano.

Hice caso, luego de unos minutos sentía unos ojos observándome, subí la mirada y me encontré con la persona que hace poco había dejado frente al baño. No hice nada, el tampoco hizo nada, nos miramos solo por unos segundos hasta que le quite la mirada.

Termine de mi cena, así que ya Thomas y yo estábamos listos para irnos al lugar sorpresa el cual él me había prometido ir. En realidad ni me venía nada a la cabeza

Mi doctor favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora