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-Claro que no, eso no pasará- dijo Carlo con las manos en alto e iba caminando hacia dentro de la casa.

-Haber por que no?- dije caminando detrás de él

-Kimberly no lo haremos- Carlo se detuvo y pensó -o sea si lo haremos pero no ahora- siguió caminando

-Está bien tú ganas, tendré que dormir desnuda por gusto- me apoye en la meseta.

-Mi respuesta sigue siendo no- dijo y se sentó en el sofá

-De todas formas iba a hacerlo- dije y me senté a su lado y me dio un beso en la cabeza.

Nos quedamos viendo películas hasta que se hizo tarde, me había quedado dormida en medio de la tercera película que estábamos viendo, Carlo me cargó con delicadeza y me acostó en la cama.

UN MES DESPUÉS

-Carlo Rodríguez ¿acepta usted a Kimberly Rodríguez para amarla y respetar, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?- dijo el padre.

-Si- respondió Carlo y le sonreí

Todo iba de lo mejor, Carlo estaba comenzando a trabajar pero antes había perdido una semana libre para la boda y otras cosas. Como prometió hoy estábamos casándonos, ya faltaba poco para que naciera el bebé y estábamos muy felices por eso, solo que no sabíamos si él estaría presente en su nacimiento.

Por el momento el trabajo no nos separaba como pensábamos y a él le estaba yendo muy bien en todo.

Ya yo había dado mi si, estaba más que segura que quería pasar toda mi vida a su lado y que de mi parte lo daría todo solo para que cada día estuviéramos juntos, estaba segura del tipo de chico con el cual hoy me casaría, nadie nos podía separar.

-Entonces, puede besar a la novia- dijo el padre y dio un paso hacia atrás

Carlo dio un paso, con una mano sostenía mis manos y con la otra la ponía en mi cuello, usaba tacones así que se me hacía más fácil el quedar a su altura.

No quería esperar más así que yo junte nuestros labios, formando un pequeño beso. todos los invitados comenzaron a aplaudir, algunos silbar y otros pues solo gritaban. no podía quitar esa enorme sonrisa que tenía en mis labios,  por fin había cumplido uno de mis sueños.

Caminamos por el pequeño pasillo, agarrados de manos y mirando a todas esa caras conocidas mientras nos aplaudían. salimos de la pequeña iglesia y nos fuimos directo hacia la luna de miel.

Al principio si quería una boda a lo grande, un pastel enorme y entre otras cosas, pero poco a poco se me fueron esas simples ganas de celebrarlo todo a lo grande. solo quería pasar estos días con Carlo los cuales se fueron rápidos pero los disfrutamos.

Nos habíamos ido a una pequeña isla donde estaba un muy pequeño pueblo y se consideraba una de las islas más tropicales y turísticas a pesar de su pequeño entorno. pasamos cinco días y cuatro noches, no hubo nada de acción ya que Carlo no quiso pero eso no me limito a salir, conocer y disfrutar. Lo bueno de todo esto es que estábamos lejos de todo y de todos, solo él y yo y eso era lo que buscaba.

Como dije los días pasaron un poco rápido, nos encontrábamos en el avión camino a casa, yo estaba en la ventana mientras que Carlo se encontraba en el asiento del medio.

DÍAS DESPUÉS.

Me encontraba en la cocina preparando unos jugos de naranja y mientras hacía eso Karla y mi mamá se encontraban preparando los aperitivos. Al terminar fuimos hacia el patio y nos sentamos debajo de una sombra.

Mi doctor favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora