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ya había pasado una semana desde que Carlo estaba de viaje, solo faltaban tres más y ya todo esto acabaría, siempre nos manteníamos en contacto y una que otras veces hacíamos Skype.

Collin y Karla aún estaban en mi casa y todo iba bien, ellos siempre trataban de que no me moviera mucho o que no hiciera tales oficios literalmente las cuales algunas cosas no eran necesarios pero bueno, eso se agradece.

hoy nos encontrábamos pintando la habitación del bebé, a ser sincera nunca me gustó la idea de que la habitación estuviera pintada acuerdo al sexo del bebé, así que lo pintamos de color gris. después de haber terminado de pintar las paredes y algunas partes de nuestros cuerpos comenzamos a acomodas los pequeños muebles, eran de color blanco y algunos marrones lo que le daba un toque coqueto y elegante a la habitación.

en los pequeños gabeteros comencé a ordenar la ropa del bebé.

creo que Karla y Collin se tomaban muy en serio lo del nacimiento del bebé ya que mientras yo ordenaba ellos "preparaban" el bulto que se supone que hay que llevar cuando se va a ir al hospital y etc. pude notar que de cada cosa habían dos o tres de respuesta ya que según ellos cualquier cosa puede pasar.

al terminar de acomodar todo abrí las ventanas para que el olor a pintura y los olores de los muebles nuevos se fueran. me quedé mirando por la ventana como los pajaritos en el techo de la casa del vecino estaban saltando, algunos volaban y se iban y otros simplemente estaban ahí, muy quietos.

-Kimberly- dijo Karla recargada en el marco de la puerta -te llaman- extendió su mano mostrando el teléfono.

-Hola?-

-Hola, Kimberly- dijo muy feliz

-Carlo- sonreí

-nena ¿cómo has estado?-

-muy bien y más ahora que llamaste-

-en serio me haces falta ¿cómo está el bebé?-

-mm algo pesado pero todo está bien, hoy terminamos de acomodar su habitación-

-si, eso me contó Collin-

-¿y qué haces?-

-ahora estoy comiendo luego de esto iré a una premiación y después tendré toda la tarde libre hasta el día de mañana-

-me alegra mucho saber eso-

escuché unas voces que le decían algo a Carlo pero no se entendía lo que decían.

-amor ya debo irme, desde que llegue te llamo y hablamos de lo que quieras ¿ok? recuerda siempre lo que te dije en el aeropuerto, eso nunca cambiara- y colgó

podía ser la conversación más corta pero era lo único que necesitaba para ponerme feliz en todo el día.

el día había pasado rápido, ya era de tarde y solo estábamos Karla y yo en la casa, Collin había salido con sus amigos y llegaría en la noche.

-¿ya sabes qué nombre le vas a poner?- preguntó Karla

-aún no lo sé- respondi

-deberías de saberlo, no sabes si mañana te encuentras en el hospital haciendo ya sabe que- guiño un ojo

-es que no se, son muchos y pues no me decido-

-por qué no mejor esperas a que Carlo te llame y así se deciden por un nombre-

Carlo. había olvidado que él me llamaría esta tarde para hablar, mire la hora y eran las 5:38PM, trate de no pensar mucho sobre eso así que cambie el tema.

Mi doctor favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora