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Me dio un beso en la frente y nos miramos a los ojos, esos ojos hermosos. Pasé mi mano por su frente quitando todo su cabello que se podía interponer.

-Bebiste mucho- dije con voz pasiva.

Me dio otro beso en la frente -No sabes cuánto-

Volteé a ver hacia la puerta y me llené de felicidad al ver a Junior en brazos de Karla, me acerqué en silencio pues estaba durmiendo, lo cargue cuidadosamente y me acerqué a Carlo.

-Felicidades- le dijo Collin a Carlo y ambos se abrazaron.

-Gracias, por todo- dijo Carlo.

-Karla- me miró y le hice seña con la cabeza para que se acercara a mí -¿Dónde está Thomas?- susurré.

-Se fue-

-¿A dónde?- pregunté.

-Cuando iba a entrar con Junior se despidió de nosotros, dijo que se le presentó algo y se fue- dijo susurrando.

Silenciosamente me escapé de la habitación pero antes le di a cargar a Karla a Junior. Corrí hacia el ascensor y presione el número 1, al abrir las puertas comencé a buscar a Thomas pero alguien me llamó.

-Pss hey- dijo la recepcionista -Se fue por ahí- apuntó hacia el parqueo techado y salí corriendo pero antes le agradecí.

-Thomas espera- dije acercándome.

El se encontraba en el auto ya listo para irse.

-¿Porqué.. te vas ..a..sí sin avisar- dije entrecortado por la falta de aire que tenía.

Sonrío -Pidieron mi ayuda y creo que ya todo está bien-

-Todo está bien, gracias- toque su hombro -Pero ¿porqué aceptaste?-

-Cuando te pedí tu número aquel día me gustaste a simple vista, luego te fui conociendo poco a poco, en serio eres una persona increíble- me sonrió -Pero estaba claro que ya había otra persona y creo que sería inútil el tratar de ganarle-

-Sabes que eres bienvenido- le sonreí -y en serio, mil gracias- lo abrace por última vez y me despedí pero antes nos pasamos números.

El ascensor se abrió y caminé hacia la habitación en donde estaba anteriormente. Simplemente deje salir unas pequeñas carcajadas, este hombre me estaba volviendo loca, la habitación está vez estaba repleta de velas encendidas y solo él y la caja hacían presencia.

-Por favor- tape mi cara con mis manos.

El solo sonreía.

Me acerqué a él y mire la caja.

-Ábrela- dijo

-¿Cómo diablos pudieron hacer todo esto tan rápido?- pregunté aún riéndome.

-Solo ábrelo amor- me guiñó un ojo.

Y por fin abrí la tan esperada caja. Entonces ahí fue cuando me reí aún más, me dolía el estómago de tanto reírme, dentro de la caja se encontraba una caja de toallas sanitarias y otra caja de condones. Pero poco a poco mi risa fue disminuyendo al ver que Carlo aún seguía con su hermosa sonrisa plasmada en el rostro.

Agarre las dos cajas y lo miré esta vez sin ninguna expresión de alegría.

-Ábrelas- aún lo seguía mirando.

Abrí las dos cajas y sorpresa, sorpresa no había nada dentro de ellas, lo mire y el aún seguia con su estupida sonrisa, entonces ahí entendí el por qué el no quería que abriera la caja tan rápido después de habernos casado.

Flashback.

Caminé por el pasillo y le di una vista de reojo a mi habitación y vi aquella caja con el lazo morado que me había llevado Carlo, la mire por varios segundos y luego lo llamé.

-¿Qué pasa?- me preguntó Carlo

-¿Qué tiene esa caja?-

-Mmm por qué no haces mejor el desayuno y luego hablamos-

Lo miré y me miró, me sonrió y fruncí mis cejas, me dio un beso en la frente y se fue.

Fin Flashback.

Si queriamos tener relaciones sexules las tendríamos sin condones lo que haría que en nueve meses no use toallas sanitarias.

Entonces lo mire feliz, tiré las cajas y le salte encima.

-¿Porqué no lo dijiste antes?- lo abrace fuerte y lo besé.

Hoy sí que era mi día.

Mi doctor favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora