Cedril

Capitulo 63

Desperté con la agradable sensación de no poder seguir durmiendo, hacia demasiado tiempo que no dormía hasta que me ansiaba de estar acostada. Era 20 de diciembre, mi cumpleaños.

La mayoría de mis cumpleaños desde que papa se había ido eran exactamente igual, mama me compraba cientos de regalos para compensarme por algún motivo ella pensaba que era su culpa que papa me dejara, no lo entendía muy bien pero así era.

Dos años después de que mi padre se fuera recibí una llamada en mi cumpleaños, tenía quince en ese entonces, cuando cumplí 16 me envió una carta, ahora que cumplo 18 no espero mucho ya que el año pasado no me busco, creo que se olvidó completamente de mí.

-¡Hannah!- grito mi madre desde lo que yo pensaba que era la cocina.

No quería levantarme aun, no quería que me felicitara ni que me regalara nada, no quería envejecer y tener la mayoría de edad, no quería cumplir años.

Gire para intentar volver a dormir pero no funciono, tenía que levantarme y afrontar a mi atolondrada madre.

-¡Hannah!- grito una vez más

Continúe fingiendo que no había escuchado nada y seguí acostada. Y ella siguió gritando, hasta que llego a un punto en donde la voz se le quebraba cada vez que me llamaba. Era hora de bajar.

-¿Qué pasa?- dije cuando por fin la encontré y no estaba exactamente como pensé que estaría.

Lagrimas caían por sus mejillas, las manos le temblaban, estaba ligeramente amarilla y sudando. En las manos tenía un sobre arrugado que miraba con tanta furia como si no soportara su existencia.

-Mama ¿Qué tienes?- dije ahogándome con mi propia saliva. Tenía años de no verla así. Extendió la mano y me entrego el sobre

-Es para ti- dijo simplemente y comenzó a llorar

-¿Qué?-

La curiosidad me mataba y simplemente no podía resistirme a abrir el maldito sobre, estaba pesadísimo por un lado ponía "Hannah, feliz cumpleaños" con una letra antigua muy bonita. Abrí el sobre y lo primero que sentía fue una liga, después que saque el contenido note que la liga sostenía cientos de billetes. Debía haber al menos unos 50 billetes de 100 euros.

-¿Quién envió esto?- dije a mi madre que me miraba como si el mundo se fuera a acabar

-Henry...- susurro entre sollozos

-¿Tienes idea de que se trata? ¡Hay miles de euros aquí adentro!- arroje el sobre frente a ella y fajos de billetes salieron volando frente a ella. Henry mi padre no podía haber enviado todo ese dinero.

-Es su letra- volvió a susurrar mama

-¿Qué?- revise la letra una vez y otra "Hannah, feliz cumpleaños" solo eso. Era una letra cursiva que parecía haber sido escrita hace mucho tiempo. Yo no tenía idea de cómo era la letra de mi papa, no lo recordaba.

Mi mama se limpió las lágrimas y se levantó, me abrazo y susurro un feliz cumpleaños entre sollozos. Y ahí me quede confundida con miles de euros en las manos.

(...)

Cien mil euros.

El sobre manila contenía cien mil euros.

Cien mil.

Lo conté nueve veces desde que lo abrí. Mama lo conto siete. Las dos estábamos sentadas una frente a la otra en el piso de la cocina. Alrededor de nosotras había billetes por todas partes. Mama pego un grito y después una fuerte carcajada la cuarta vez que conto el dinero y estuvo segura de cuanto era. Yo simplemente lo conté una vez más.

Y lo volví a contar.

-¿Qué planeas?- dijo

-¿Con que?-

-Con todo este dinero. Todo es tuyo hija- hasta que la escuche decir esas cuatro palabras una luz se encendió dentro de mí y por fin capte lo que estaba pasando.

¡Era mío!

¡Todo era mío!

Comencé a reír junto con mi madre y tome el dinero y lo lance por los aires, las dos estábamos emocionadas y felices. Yo no tenía idea de quien pudo haber enviado ese dinero, pero era mío y lo gastaría hasta el último centavo.

(...)

-Hola tu- dije cuando conteste el teléfono. Era Harry

-Feliz cumpleaños Hannah Grey-

-No-

-¿No qué?-

-No me felicites, no quiero cumplir años-

-Pues lamento decirte quería que ya las estas cumpliendo. Y no hay nada que puedas hacer al respecto.

-Diablos, lo sé-

-¿Qué estás haciendo?-

-Contando mis miles de euros-

-JAJAJA, si claro. Saldremos, pasó por ti en veinte- y colgó. Y yo tendría que prepararme para salir.

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