Capitulo 50

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El timbre sonó dejándonos libre de clases por el resto del día, mientras todos los alumnos se apresuraban a recoger sus cosas para abandonar la escuela rápidamente yo me quede sentada guardando mis libros lentamente, podía sentir la respiración de Harry sobre mi nuca, mis dedos temblaban en cada uno de sus suspiros, mis manos estaban sudorosas, parpadeaba con mucha rapidez y casi me caía mientras me ponía de pie.  Si. Estaba nerviosa.

Desde el momento en el que me pregunto si aún estaba sola en mi casa me puse a temblar, todo mi cuerpo reacciono rápidamente ante su tono seductor y en mi cerebro comenzaron a proyectarse imágenes, que, aunque muy en el fondo me moría por volver realidad también me aterraban, y no por el hecho de tener sexo simplemente, sino por el hecho de que sea con Harry.

-¿Necesitas más tiempo para ese lápiz?- dijo Harry sacándome de mis pensamientos.

-¿He?- pregunte aturdida aun gracias a mi inmensa imaginación. Harry arqueo ambas cejas y con la barbilla apunto a mi mano, fue entonces cuando me di cuenta que en mi mano tenía un lápiz y que había durado cerca de diez minutos guardándolo, y aun se encontraba afuera de mi mochila.

-Ya está-

Una vez que  guarde todo y estuve lista para salir me puse de pie esperando a que Harry se moviera para dejarme salir del salón, el cual se encontraba completamente vacío ya que todos habían salido, pero Harry no se movió ni un solo milímetro. Espere alrededor de treinta segundos y nada, justo cuando comenzaba a irritarme note que su mirada no estaba fija completamente en mí. No. Estaba mirando únicamente a mis labios.

-¿Harry?-   intente sacarlo del trance en el que estaba metido pero no funciono, ni siquiera cuando lo empuje levemente alejo la vista de mi boca, no parpadeaba ni hacia ninguna otra cosa.

Solo estaba ahí, viendo mis labios. No quería ponerme a pensar en las cosas que seguramente estaba imaginando porque si lo hacía me pondrá más nerviosa, aún más de lo que ya estaba.

Desde el momento en el que dijo seductoramente que me ayudaría a relajarme estoy muriéndome de nervios, no tengo idea de lo que planea pero estoy segura de que tiene que ver con él y yo solos en algo acolchonado.

-Hora de irnos- dijo finalmente y tomo mi mano para entrelazarla con la suya.

Cuando salimos del salón rápidamente volvimos a detenernos por todos los chicos de la escuela que estaban amontonados en el pasillo para salir de la escuela, siempre pasaba lo mismo a la hora de salida pero casi siempre era los viernes cuando se salía de control, los miembros del equipo de futbol y baloncesto estaban al fondo, justo donde yo estaba empujaban a los de primer grado y se reían como idiotas cuando alguno tropezaba, las barbies descerebradas lideradas por la zorra de Lauren estaban en una esquina cuidando que nadie las molestara o empujaran, los normales trataban de sobrevivir y los más populares como Niall o Louis y Cristian trataban de ayudar amablemente a quien podían. Yo me quede cerca de Harry dispuesta a esperar otros quince minutos para poder salir y sobrevivir a el mar de idiotas que estaba en el pasillo. De pronto el griterio ceso, todos se quedaron completamente quietos y una ola de suspiros inundo el pasillo, la escuela se abrió como el mar rojo y los suspiros aumentaron, en toda la escuela lo único que se escuchaba era el sonido de unas botas contra el piso, las chicas estaban idiotizadas, los chicos lo miraban con respecto, algunos lo miraban con repulsión, pero todos, absolutamente todos en la escuela lo miraban.

Solo había una persona en toda la ciudad que tenía ese efecto en la secundaria de Londres, ese era, Zayn.

Zayn Malik.

Dios adoraba el suelo que el pisaba, con una elegancia inglesa que lo hacía imposible de ignorar se trasladaba de un lugar a otro fácilmente, nadie se metía en su camino, todos se abrían para dejarlo pasar solo por el simple hecho de ser Zayn Malik.

CedrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora