Capítulo Siete

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-Emery-

No paso mucho tiempo antes de que el Almirante me contactara y yo tuviera que ir con él. Cuando llegué a San Francisco, lo primero que hizo fue dar sus condolecías pero estaba un poco raro. Siempre lo considere alguien seguro y confiado que a veces salía de sus casillas pero ahora lo veía nervioso y más cuidadoso que de costumbre. No me dejaba sola ni un momento.

Llamo a una junta con cada Capitán y cada Primer oficial. Por suerte, yo sería su “mano derecha” en todo. Estaba en la espera de que todos llegaran. Algunos oficiales eran amables, que al verme se detenían a platicar conmigo. Bajo los ojos de Marcus, supuse que estaba tranquilo de que yo estuviera con él. Sentía esa sobreprotección con cada paso que daba y cada palabra que decía. Se tornaba aburrido y esa sería mi vida después de esa noche. No vería más a nadie y ahora que Thomas estaba muerto, no tenía excusa de salirme de su vigilancia.

Por un momento, escuché la voz de Jim y de Spock. Alce la mirada, y automáticamente mi mirada comenzó a buscarlos hasta que los encontré. No podía moverme de mi sitio “fuera de la vista de Marcus”, lo cual era patético pero así debía ser. Espere unos momentos y aunque trataba de entrar en la conversación, simplemente no lo había logrado. El tiempo se acercaba para comenzar la sesión y sentía que quizás esa era la última vez que podría hablar con Jim. En mis adentros hice una pequeña rabieta, odiaba ser tan controlada por alguien y odiaba la total protección ante un peligro inexistente; alguien tomó mi mano y era Jim.

— ¿Por qué siento que estás haciendo una rabieta? —No dije nada, sólo lo miré— Puños cerrados, balbuceos inaudibles, mejillas coloradas… —Roso mi mejilla al decir eso último—. A ti te sucede algo…

—No es nada… —Sonreí un poco y mire su atuendo—. ¿Primer oficial? —Pregunté confundida.

—Es una larga historia… Pike es Capitán ahora…

No pude decirle algo, mi mente estaba bloqueada y sólo quería disfrutar los pocos momentos que tenía con él, que pronto terminaron al escuchar la voz del Almirante.

—Suerte con Marcus —Dijo un poco desanimado.

—Gracias —intente sonreír.

Tome un respiro para reaccionar y darme cuenta que las cosas estaban cambiando y que no me gustaría nada. La sesión comenzó pero mi mente estaba en otro lado como de costumbre. No podía dejar de pensar en lo que sería de mí en unos días. El trabajar por primera vez con Marcus, sabía que era estricto pero no tenía tiempo de darme cuenta de eso. Ahora era más que evidente que siempre fui importante para él pero para qué motivo.

Mi mente trataba de conectar los cabos sueltos y darles una relación, el uno al otro hasta que observe la pantalla frente a mí… Ese rostro, lo había visto antes… “John Harrison” resonó en la habitación… Él había sido el culpable de los ataques y en cierta parte de la muerte de Thomas. “Cuídate de Harrison” eso fue lo último que Thomas me dijo y esa misma persona era el hombre que asesino a Evan. Todo tenía sentido ahora pero sentía que lo había visto antes de todo esto… Como si fuese un recuerdo sin recuerdo, vació pero presente. Miré a mí alrededor y una luz roja envolvió el lugar, un motor se escuchaba demasiado cerca y sólo sentí que alguien me jalaba bruscamente. Caí al suelo y todo se volvió borroso y confuso. Escuchaba todo como si tuviera los oídos tapados y apenas y podía tener vista a lo que ocurría. Noté que Marcus fue quien me arrebato al suelo pero me dejó ahí como si de verdad no le importara. No sabía qué hacer hasta que escuche una voz familiar.

—Vamos Emery… —La voz de Spock se escuchaba lejos aunque lo tenía a mi lado.

Me sacó del peligro y el volvió. Estaba recargada en lo que sería un sillón largo. Aún escuchaba lo mínimo de lo que ocurría pero cuando quise levantarme, apenas y sentía mi pierna derecha. Cerré los ojos por el dolor pues todo se sentía como un deja vu. Mi mente trajo imágenes de Marcus, cuando yo era niña. Una plática sobre mí y lo más importante algo sobre el Botany Bay. Cuando recobre el conocimiento, todo se veía con más calma. Spock estaba a mi lado pero Pike estaba con él. Puse atención a lo que sucedía y Pike había muerto. Jim se acerco y observo lo mismo pero él no pudo contener las lágrimas. Después se acerco a mí y me cargo para llevarme lejos de ahí. Me dolía ver a Jim de esa forma. Simplemente odiaba que hubiera tristeza en su mirada. La última vez que lo vi así fue cuando tuvimos una plática sobre nuestras vidas y familia.

El edificio que funcionaba como cuartel general de la Flota tenía un hospital, al cual Jim me llevo; pidió que me atendieran rápidamente para después irse. Le pedí que no lo hiciera y el accedió. Después de que me revisaren la herida en la pierna, atendieron a Jim y ambos nos quedamos en la habitación, sin hablar. Me había recostado pero él estaba al pie de la cama, sentado… pensando.

—Jim —Dije acercándome y abrazándolo

—Debes descansar —dijo un poco cortante.

—Al igual que tú… —rose su mejilla—. Hiciste lo que pudiste…

—No lo suficiente, sólo mira lo que paso con Pike —Se escuchaba triste y molesto.

—No fue tu culpa… —Tome su rostro fijamente y pose mis ojos en los suyos—. ¿Por qué siempre te culpas por eventos que claramente no lo fueron?

—Porque yo estaba ahí… en ambos casos y en ambos no pude hacer algo. Era un niño, lo entiendo pero ésta vez… —bufó— vaya tonto que soy…

—Jim, escúchame… No te sentirás mejor culpándote…

— ¿Por qué Emery? Dime el por qué.

—No hay un por qué… simplemente es muy temprano para hacerlo…

Trate de ser lo más sincera y lo más cuidadosa. En su mirada, la tristeza era un factor importante y simplemente se soltó a llorar. Deje que sacara todo y no era que me necesitare, sino que ahí estaba en un momento de vulnerabilidad. Pasó un rato y se tranquilizo. Me sonrió un poco sin decir algo, y yo me recosté para dormir. No tarde mucho en que al dormir tuviera que despertar, pero Jim no había dormido nada.

—Marcus quiere verte ahora mismo —dijo sin siquiera reaccionar.

No tenía algo más que decirle, me levante y trate de caminar un poco, aunque doliera, tenía que salir de ahí. Miré a Jim, quien seguía igual y me comenzaba a preocupar. Me acerque a él y lo tome de las manos, dedicándole una sonrisa que devolvió.

—Eres hermosa —susurró.

Sonreí aún más pero no pude contenerme y lo besé. Era lo que necesitaba, un beso de aquel a quien yo amaba y confiaba. Tenía miedo, miedo a dejarlo pues sentía que no lo volvería a ver. No quería dejarlo pero tenía que irme de ahí antes de que Marcus volviera a llamar. Lo miré a los ojos como si fuera la última vez que lo fuese a ver y lo bese en la mejilla.

Cuando llegué con Marcus, me examino como si buscara un defecto y después me comenzó a informar sobre la situación con Harrison. Lo estaban buscando, estaban tratando de dar con él y para eso me quería a mí.

Intente sacar mi mente de todo y prestar atención a lo que estaba haciendo, pero era imposible en saber en dónde estaba y como encontrarlo cuando todo sabíamos poco de él. Pasó un rato y vi a Spock con Jim entrar a la oficina de Marcus.

—No está en la Tierra, está en Kronos —Fue lo que dijo Jim.

— ¿Kronos? Me estás diciendo qué fue al único lugar que tenemos prohibido ¿Cómo?

—Utilizo un transportador manual. Sé que no pueden ir por él pero yo sí… Déjeme ir por él.

—Pike fue quien te alentó a enlistarte ¿cierto? —Tomo un respiro caminando hacia su escritorio, a donde yo estaba— ¿Alguna vez te dijo quién lo alentó a él? —Jim negó con la cabeza—. Su muerte está en mí y la tuya no puede serlo…

Marcus me miró y después lo pensó un poco.

—El ataque de Harrison no fue por el Archivo, sino por lo que había dentro. Denominada la Sección 31 en donde se hacía armas y Harrison era parte de ello. Tenemos armas de alto poder, torpedos que puedes utilizar. Irás a Kronos, apuntas y disparas estas armas y destruyes a Harrison de una vez…

Era la primera vez que escuchaba a Marcus hablar de la Sección 31 en frente de mí y lo que había visto esa vez eran las armas que ahora usaría. Jim accedió y pidió la re-institución de Spock como su Primer Oficial.

—Necesito a Munro conmigo, señor. Vera, ella es…

—Lo sé —Me miró—. Puedes ir con él… pero sabes la condición.

—Sí, señor

Lo miré un tanto confundida. Marcus cambió de opinión pero yo sabía su razón… Su arma no eran los torpedos que le entrego a Jim, sino yo…

Harmless [Star Trek 2009]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora