Capítulo 19.

3.4K 239 17
                                    

                    Dedicado a @Miranda1998 (Perdón por ponerlo aquí, pero donde deberia ir no me funciona)

__________________________________________________________

Boquiabierta miro todo lo que me rodea. Es difícil con la escasa luz, las personas que dificultan mi vista, siendo más altas, y la rapidez con la que me arrastra Marcus a la barra, pero lo que está a mi alcance, es fabuloso.

—¿Qué vas a tomar? —grita Marcus en mi oído.

—No sé ¿Cerveza, tal vez? —pregunto confusa.

—No, eso no es para ti. ¿Alguna preferencia más delicada?

¿A qué mierda se refiere con más delicada?

—¿Qué me recomiendas tomar tú? —prefiero decir, para no parecer más tonta de lo que ya soy. Me mira suspicazmente.

—Nunca has estado en un lugar así ¿Verdad, Marie?

La verdad, estuve una sola vez en un lugar así, hace más de dos años, y no había necesidad de que yo pida las bebidas, sin embargo no quiero recordar y mucho menos hablar sobre esa vez, con Marcus.

—No, no lo he hecho—miento. Aunque técnicamente no es mentir, porque en el lugar que estuve no fue como este, el otro era privado o eso creo... Para dar énfasis a mis palabras niego con mi cabeza.

—Está bien—una enorme sonrisa se instala en la boca de mi amigo—. Yo voy a ser tu maestro. Pero primero ¿Has cenado?

Abro enormemente los ojos. Eso no puede ser verdad ¿Está citando a Christian Grey?

—¿Si digo que no, me vas a azotar? —muerdo mi labio inferior y me hago la inocente, siguiendo con la cita de Anastasia. Esto es tan excitante. Una sonrisa baila en mis labios. Hace días que no me sentía tan bien.

—¿De qué estás hablando Marie? —pregunta tiernamente Marcus.

Y así, le digo adiós a la esperanza de que Marcus supiera algo sobre mi amor por Christian, cuando esas palabras salen de su boca. Era demasiado bueno para ser verdad.

—Nada, tonterías mías —muevo una mano restándole importancia y que vea lo decepcionada que me siento por su ignorancia en Cincuenta Sombras de Gray. Es como sacrilegio en mi diccionario—. Y no, no tuve tiempo para cenar.

—Sin haber comido algo, no puedes consumir alcohol.

—¿Quién eres? ¿El guardia de las personas que no comen? Estás loco si crees que te voy a hacer caso. Voy a tomar y lo voy a hacer a cantidades, me pondré tan borracha que mañana la resaca será tal, que nos voy a maldecir a ambos por haber sido unos inconscientes —zapateo el suelo y me cruzo de brazos—. ¿Para qué crees que he venido a este lugar? ¿A mirar como los demás se divierten, ligan y ser una mera espectadora? Oh, no. Eso sí que no.

—No vas a tomar ni una sola gota de alcohol sin comida en tu sistema. Aparte —me señala con su barbilla y se cruza de brazos—. Seguro te me quedas en coma alcohólico o algo así, debido a que nunca antes has bebido, y luego Jerry, Sol y quien más sabe, me mata por haberte permitido beber.

—Eres un aguafiestas.

—¡Ay, Dios mío, eso como me duele! —dramáticamente lleva una de sus manos a su pecho, abriendo su boca en una perfecta "O". Y yo que creía, que era la única loca y dramática en el grupo. Lo que uno aprende al prestar atención a las personas.

—No seas malo. Yo no se lo voy a decir a nadie. ¡Por favor! —puchereo y coloco la mirada de cachorrito magullado.

—Ese puchero no va a poder conmigo, mejor guárdatelo para alguien que no conozca tus trucos.

Lev Hedeon. (+16)  S.D.A #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora