Anna.

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Anna es mi novia.
Ella es una chica increíble. En buen y mal sentido.
En la cama es una Diosa, lo malo es que ella lo sabe.
Cuando recién quería salir conmigo, yo no quería. Pues me habían dicho como era ella.
Una chica hermosa, sexy, sin ataduras y con un corazón repartido.
Siempre he sido una chica celosa, así que no iba a compartir a mi pareja con nadie más, obvio ¿no?
Pero Anna me atrapó.
Ella logró conquistarme con detalles lindos, cartas de amor, dulces, y haciéndome sentir... Como una verdadera Princesa.
Pero así es siempre. Al principio cuando te intentan ligar son perfectas y ya cuando te tienen... Se olvidan de todo el amor. Claro, saben que ya estás “segura”.
Bueno, el primer mes con ella fue lo más bello que me pasó; después de eso conocí a la infiel y celosa maniaca.
Justo cuando cumplimos un mes, quise darle una sorpresa y llegar a su escuela sin avisar con un enorme oso de peluche y chocolates.
Pregunté cual era su salón y me lo indicó una de sus compañeras, la cual me miraba extraño y me retenía un poco preguntandome cosas bobas, pero como ya quería llegar con mi novia... La ignoré y me seguí. ¿Qué creen que pasó cuando llegué allí? ¡Exacto! Estaba fajandose con otra tipa que no era yo.
Dejé caer las cosas al suelo y me fui corriendo.
Estuve llorando como por... 3 días hasta que recibí su llamada; me pidió perdón, me rogó que no la cortara y me prometió que no volvería a pasar. Y es cierto, no volvió a pasar... Con la misma chica.
La acepté de nuevo porque ya la amaba.
Al segundo mes, pasó algo realmente... Psicópata.
Estaba afuera de mi salón, se habían terminado las clases, y estaba fuera buscando mi bolígrafo favorito que se me había caído, en eso se acercó un compañero y me lo dio. Le agradecí con una sonrisa y en eso una mano apretó fuerte mi brazo hasta lastimarme, me lanzó bruscamente hacia atrás haciendo que me golpeara con la puerta del salón. Si, adivinaron, era Anna. Mi compañero corrió a ayudarme y esto la enfureció más así que lo golpeó hasta dejarlo inconsciente. Ahí entendí que estaba loca.
Ella pidió disculpas, igual a mi compañero, y todos felices... Por una semana.
Hasta que me hizo una escena porque una chica se acercó a pedir la hora. Le gritó que yo era suya... Suya...
No la puedo terminar. A pesar de que todos saben que “lo nuestro” no funciona y que no nos llevará a ningún lado (quizá a mi al hospital)... No puedo. La amo. La amo demasiado.
¿Ven porque les digo que es un amor que te hace sentir derrotado apenas empieza?
Pero quiero seguir en la guerra. No importa cuantas veces me rompa en pedazos, quiero seguir. Por el solo placer de verla sonreír.
Quizá... Sólo quizá... Puedo hacer que cambie, que se de cuenta cuanto la amo y cuanto deseo estar con ella. Con mi hermosa Anna.

« Querida Desconocida »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora