No me dejes.

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-Andrea:
Ayudame. Estoy con Anna.

-¿Qué haces imbécil? ¿A quién le estás llamando?
Anna me arrebató el teléfono y lo lanzó hacia el asiento trasero—.
-Dejame Anna. Lo que estás haciendo se llama secuestro. ¡Dejame ir ahora!
-¡Cierra la boca o te la cierro de un golpe! Vamos a ir a mi casa y se acabó.
Su celular sonó. Ella miró la pantalla e hizo una mueca de desagrado; bufó un *Puta* y contestó: —

-¿Qué mierda quieres?
...
¿Y cómo sabes que está conmigo?
...
Tú no puedes hacer nada.
...
No sabes donde estamos así que la policía no vendrá.
...

—Colgó y enfurecida golpeó el volante del auto. Después buscó mi celular y me lo devolvió—

-Así que a ella le avisaste... Bien jugado. Ahora largate antes de que me arrepienta.
Ah, y sigue en pie nuestro trato. Si no terminas con el guajolote, la hago para la cena.

Me jaló de la nuca y me besó. Me alejé pronto y salí del auto despavorida.
No sabía que demonios había pasado, pero estaba a salvo de ella. Comencé a caminar, no tenía a donde ir puesto que estaba segura, Patricia le habría dicho a mi madre que no llegaría a dormir. Mi celular sonó sacandome de mis pensamientos—.

-¿Bueno?
-¡Hola guapa! ¿O debería decir Señorita Toledo? Ha estado cerca ¿no?
-No sé que diablos has hecho, pero gracias.
-No agradezcas. Mejor dime donde estas para pasar por ti.
-No... No lo sé. Ya has hecho mucho por mi esta noche. No te preocupes, ya buscaré un lugar.
-¡Ay vamos! Somos amigas. Dame la dirección que es peligroso que te quedes a las 2:30 am en la calle.

No tenía otra alternativa. Ya que si bien podía ir a un hotel, ya era tarde para buscar algo y por lo que ella está a unas cuadras de aquí.
Le di la dirección y en menos de 10 minutos estaba allí conmigo—.

-Vale guapa, ¿estás bien?
preguntó en cuanto subí al auto—
-Si lo estoy. Gracias.
-Te dije que nos veríamos más pronto de lo que creerías. Aunque sigo sin entender el porque no llamaste a tu noviecita.
Quería contarle lo de Anna, pero sabía que eso sería un grave error porque querría meterse y solo empeoraría todo—.
-Es tarde y además ella le diría a mi madre. Pero no te preocupes, no quiero ser una molestia para ti, lo mejor será que me baje.
-Hey, no. No lo dije por eso. Simplemente me resulto extraño, pero te agradezco la confianza.
-¿Confianza? Me has estado siguiendo y acosando desde la noche en el hospital.
-Sólo quiero lo mejor para ti. Te tengo apreció Orom.
-Después de conocerte creo que prefiero el "Señorita Toledo" y el "Soy tu enfermera".
-Tú fuiste quien intento coquetearme en primer lugar, además, estoy preocupada por ti.

« Querida Desconocida »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora