Tú y Yo.

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-¿Q-qué haces con Patricia, Anna mi amor?
-Sólo pasé a saludarlas. Veo que has entendido que esta... Basura no es para ti ¿cierto cariño?
-Si... Anna, solo quería darte celos con ella.
dije actuando lo mejor que podía—.
-Pero ahora tu has aprendido que no puedes vivir sin mi ¿no? Bueno, ven, vamos a mi casa a que me prepares algo de comer, ¡apurate!
-Si... amor.

Ella tomó mi mano y me jaloneo hasta el auto. Pato nos siguió con la mirada sin expresión en su rostro.
Verlas juntas me llenó de pánico, no podía dejar que Anna le tocara un sólo cabello a Patricia; ella ya había pasado bastante por mi.
Llegamos a su auto y arrancó—.

-¿Qué demonios hacías con Pato?
-¿Ya se te quitó lo encantadora?
-¡Contestame carajo!
—rió—
-Sólo quería que supieras que no estaba jugando; le iba a dar una "calentadita" pero cuando llegué estaba llorando y supuse que la habías mandado al infierno.
-Para el auto. Voy a bajarme. 
-¿Qué?
-¡Que pares el maldito auto!
-No seas estúpida Orom. Las cosas entre nosotras serán como siempre; quizá con la Gallina hacías lo que querías, pero conmigo no será igual ¡aquí se hace lo que yo diga!.
-Bajame del maldito auto o...
-¿O QUÉ? ¿LE VAS A LLAMAR A LA ESTÚPIDA DE ANDREA?
—paró el auto en seco, me asusté. Bajé rápido y comencé a correr. Escuche abrirse la puerta del auto y luego a Anna gritarme; corrí más a prisa hasta que llegué a donde Pato estaba, ella me miró extrañada y yo la abracé—.

-Orom... ¿Qué...?
-Patricia, por favor vámonos...
La miré suplicante, ella me abrazó muy fuerte y me dio un casto beso en la cabeza—.
-Tranquila Orom.
-¡Vámonos de aquí!

Sin dejar de abrazarme, entramos a la escuela y nos fuimos directo a "su cueva". Ambas sabíamos que Anna jamás nos encontraría allí—.

-Ahora dime que pasa Orom.
-Te vas a enojar conmigo.
-No creo que pueda estar más molesta de lo que estoy ahora.
-Deberías mandarme al demonio.
-Si, debería. Ahora explicame que está pasando.
agaché la cabeza y mis lágrimas salieron. Odiaba ser tan débil —.
-Hablemos mañana por favor, estoy cansa...
-¡HABLAREMOS AHORA!
Patricia gritó. Estaba realmente enfurecida y no era para menos—.
-Quiero irme.
-No me importa. Vamos a hablar ahora. ¿Estás jugando de nuevo conmigo?, ¿Anna te ha vuelto a tratar de su puta y volviste como perro?
la abofetee. Me merecía sus palabras, claro, pero dolían y más viniendo de ella—.
-No me hables así Patricia. Sé que me lo merezco, pero no te conviertas en Anna.
-Tienes razón Orom, perdoname. Pero entiende que me has hecho perder la cabeza, me has herido. Jamás borraré tus palabras de mi cabeza. Sólo quiero saber si son ciertas...
-No Pato. Anna me amenazó.
-¿Te amenazó?, ¿Con qué?, ¿Por que no me lo habías dicho?
-Anoche estaba con ella.
-¿Pero qué...?, ¿cómo demonios es que se te ocurrió ir a buscarla?, ¿qué carajo estabas pensando?
empezó a caminar más furiosa por todos los rincones del aula por donde había paso. Jamás la había visto tan enojada, realmente daba miedo—.
-El día que cumplimos un mes me envió un mensaje.
saqué el teléfono y le mostré nuestra conversación:—

Mensaje de...

Anna:
Quiero verte.

Orom:
Ni lo sueñes.

Anna:
Te veo mañana a la 1:30 am en el callejón que esta detrás del hospital.

Orom:
¿No sabes leer? Dije que no iré.

Anna:
Más te vale que vengas o voy yo a la escuela y te hago un escándalo.

Orom:
No me asustas estúpida.

Anna:
Sabes que no estoy de broma, idiota. Te espero allí.

Pato leyó con cuidado y después de analizarlo, volvió a caminar como loca—.

-¿Y porqué diablos fuiste sola?
-En primer lugar, deja de hablar como yo. Y en segundo lugar ¿qué querías Patricia? ¿qué te llamara y te dijera: "Mi amor, voy a ir a ver a mi ex novia a la 1:30 am en un callejón solas, ¿me acompañas por favor?"? No creo que te encantara la idea.
-Obviamente jamás te habría dejado ir.
-¡Exacto! Y yo quería terminar con esto cuanto antes.
-Pero terminó peor ¿no? Dime que fue lo que te dijo.
-Vale, pero calmate. No quiero que después de esto salgas a buscarla ¿entendido?
-No te prometo nada. Dime que te dijo.
-Dijo que tenía que terminar contigo si no quería que salieras lastimada.
-Y le hiciste caso...
-Patricia, ¡claro que le hice caso!, Joder, ¿has olvidado el hospital? ¿sus peleas? Ya no quería que te hiciera más daño.
-¿Y tú?, si volvías con ella, ¡te hubiese matado! Y eso habría terminado por matarme a mi también. ¿Acaso no entiendes que eres mi vida?, ¿Que te adoro con toda el alma?, ¡TE AMO OROM, TE AMO!. Somos Tú y Yo, no lo olvides, y si Anna quiere lastimarme, pues aquí la espero y te aseguro que limpia no se va a ir; pero no me dejes y menos por esa zorra que no vale la pena.
-¿Eso quiere decir que me perdonas Pato?
la miré suplicante con las lágrimas aún resbalando por mis mejillas y ella me abrazó—.
-No tengo nada que perdonarte Princesa. Al contrario, gracias por querer protegerme. Pero... Tengo una duda más: ¿dónde pasaste la noche?

pasé saliva. Si le decía la verdad, dejando de lado el que Patricia no soportaba a Andrea porque pensaba que en hospital le coqueteaba, me preguntaría de donde teníamos tanta confianza y eso no se lo podía decir; ni a ella ni a nadie. Ya se enteraría después—.

-Con una amiga como te dije.
-¿Qué amiga? ¿Estuviste con Anna?
-Ni loca me hubiera ido con ella. Estuve con Ponny.
-No me estás mintiendo ¿verdad?
-Te juro que es la verdad.
-Está bien Orom. Te creo.
-Gracias Pato... Oye...
-Mande bonita
-Te amo, estúpida.
-Te amo también Princesa.

—salimos del aula, sin que nadie nos viera y nos dirigimos a la entrada de la escuela. Afuera estaba Anna, recargada en su auto.

« Querida Desconocida »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora