-tio- grito Sara enojada. Su gato chipy había destrozado su sillón cuando jugaba con Andrés. Ellos eran amigos desde que tenían quince y , como una buena amistad, habían decidido vivir en el mismo edificio. Todos los sábados y domingos se juntaban en una de las casas para poder pasarlo bien. Estaban haciendo esto por 5 años, haciendo que la relación de amistad sea aun mas fuerte.
Al único que chipy consideraba un buen amigo de juegos era a el, lo que hacia que Sara se ponga celosa de la situación, lo cual era un agrado para exo.
Sara largo al gato y su amigo fuera del sillón, observando los recientes rasguños hechos por el infernal animal y su compañero de juego. Luego de limpiarlo y tratar de arreglarlo callo rendida a la silla observando así a su amigo y su compañero de piso comer. Los nervios florecían al ver que su gato estaba comiendo en su mesa, lo cual era divertido para exo.
Sara se levanto furiosa de la silla para así sacar el gato de enzima de su preciada mesa y golpear a exo, lo cual provocó que ría a carcajadas.
-Tia, no me pegues- Sara insinuó con pegarle una vez mas y el tomo sus manos.
-¿¡¿¡Como!?!? Me dices que no te pegue cuando estas dejando pelo de gato en mi delicada mesa- ella estaba hablando entre dientes, mientras que exo tenia una sonrisa y sus manos en las de ella.
Sara gruño mientras que Andrés jugaba con los movimientos de ella por deseo a liberarse, pero era mas que obvio que el tendría mas fuerza.
Sara suspiro y el supo que ya había acabado el juego con ella.
Sara se sentó en la silla de al lado y se reposo en su amigo que había vuelto a la acción de comer. Andrés, en un movimiento brusco, abrazo la cintura de Sara y la atrajo hacia el. Ella se acomodo en el pecho de su amigo mientras que el seguía comiendo.Había caído la noche cuando ellos jugaban a la consola, rápidamente exo agarro sus cosas y decidió bajar al piso anterior, donde estaba su casa, sin antes despedirse de su amiga.
En la puerta, Sara observaba con tristeza como su amigo se iba mientras que su gato maullaba en sus piernas, ella se percato que tenia aun la puerta abierta y la cerro. Ya confiada en su hogar, se acostó en la cama invitando a chipy a relajarse a su lado, y así advertirle.
-Que sea la última vez que intentes conquistar a mi exo- susurro enojada, lo cual el gato respondió a un ronroneo.
Mientras en su casa, exo, se había recostado en su recamara y suspiro. Había podido tocar las dulces manos de su amada Sara, y no podría dejar de pensar en su hermosa cara.
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One Shots: Exorinha, Una Historia Que Contar
Hayran KurguEn realidad debo presentar un libro?