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Sans llama a la puerta, haciendo una broma de "toc, toc".

-¿Quién es?-se oye decir al otro lado.

-Alguien.

-¿Alguien qué?

-Alguienígenas.

Miro a Sans, y niego con la cabeza.

-No es uno de tus mejores chistes.-susurro.

-lo sé, estoy estresado. no me culpes, pequeña.

La puerta se abre, y veo a Toriel, con una tarta de canela en la mano. Al verme, deja caer el pastel, que Sans recoge mágicamente.

-¿Hija mía? ¿Qué haces aquí? Pensé que irías hacia el Núcleo.

-Ha habido un pequeño problema, Toriel.-susurra Alphys.

-¿Qué problema?

-Te lo explicaré... Sans, llévate a Frisk a su cuatro o a donde sea... yo le explico a Tori todo.

Sans asiente, llevándose la tarta consigo.

-¿quieres un poco?-me pregunta, llevándose un pedazo a la boca.

Tengo tantos nervios, que ni siquiera el dulce olor de la tarta de mami Toriel me hace babear.

-No tengo demasiada hambre.-respondo, llevándole hasta mi antiguo cuarto.

Allí me siento en la cama, y observo todos los juguetes. Entre ellos, hay una pequeña muñeca de trapo, con un vestido azul y pelo negro. Sus botones son tan negros como el azabache.

-niña, no te preocupes. todo saldrá bien.

-¿Cómo no voy a preocuparme? Hay demasiado secretismo... no queréis contarme nada.

En realidad sé alguna cosa, gracias a que los espié antes en el laboratorio, pero eso sólo me dejó más preguntas...

-frisk, todo esto es muy complicado. pero en cuanto podamos te lo explicaremos, te lo prometo.

-¿Tú? Odias las promesas...

-lo sé. y por eso lo hago, es una forma de demostrarte que voy a cumplirlo.

Me enseña su huesudo meñique. Y yo entrelazo el mío con el suyo, sonriendo.

-Más te vale, saco de huesos flojos.

-bueno, ¿qué quieres hacer, pequeña?

Le observo detenidamente, pensando qué hacer. Y sin dudarlo ni un instante... le beso. Le pillo desprevenido, lo noto en cómo su cuerpo se tensa junto al mío. No creo que deba hacer esto con mami Toriel y Alphys cerca, pero... me empieza a dar igual.

-f-frisk... para. no está bien esto... al menos no ahora.

-Lo sé, pero me da igual. Estoy nerviosa, no sé qué pasa conmigo... no sé qué me espera en el futuro... solo quiero olvidar un poco todo...-susurro, volviendo a besarle.

Esta vez, él se deja llevar conmigo, y nos perdemos en ese mar de besos y caricias. De un momento a otro, estamos tumbados, de costado, siguiendo un ritual de caricias. Él roza mi cuello y mi rostro con la punta de sus dedos, mientras que yo repaso el contorno de su pecho. Definitivamente, estoy perdida en él. No sé qué puedo decir en un momento así, ni qué puedo hacer para demostrarle la ebullición de sentimientos que hay dentro de mí.

-¿qué tal si te leo algo?

-¿Cómo que? ¿Acaso quieres que duerma de nuevo?-comento, aterrada.

-sólo si quieres. yo estaré aquí para protegerte, ¿está bien?

-D-de acuerdo, Sansy.-suspiro, mientras me acurruco en su pecho, y escucho los latidos de su invisible corazón.

Tale Of Undertale (Frisk y Sans)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora