Capitulo 14

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La noche del martes favorecia a la salida que se prometiron Lali y Mariano. El lugar de encuentro era el bar que estaba a la vuelta de la empresa, porque que Mariano la vaya a buscar justamente a su casa, no era buena idea.

El morocho se encontraba sentado en la barra del bar, esperando a la petiza infartante y cuando se para de su asiento para ir un momento al baño, la ve llegar, con sus aires de diva, que le encantaban. 

Lali busca con la mirada a Mariano y cuando lo ve se aproxima hacia el.

Esa noche no lo vio como todos los dias, esa noche lo vio hermoso y no entendia el porque de la sonrisa de tonta que se le formo al verlo.

-Pense que no venias.- le dice Mariano cuando la morocha ya estaba en frente de el, ya que ella se habia atrasado 15 minutos.

-No soy tan puntual que digamos..- le informa ella.- Te vas a tener que acostumbrar.

-Ya estoy avisado.- dice el y se detiene por un momento a ver lo linda que estaba. Con su total black y un saco blanco para resaltar.- Que buena que estas.- suelta Mariano sin rodeos y ella rie.

-Y vos, ni te cuento.- retruquea ella, mientras se acomodaba el pelo.- Bueno, a donde me vas a llevar?- pregunta.

-A varios lugares..- le contesta.

-A varios lugares?

-Si, claro.. vas a tener que caminar mucho.

-Por un lado suena interesante tu propuesta, pero por el otro me asusta.- le dice ella y Mariano rie, ante la inseguridad de Lali.

-No tenes porque asustarte, va a ser divertida la noche..- le asegura Mariano.- Vamos..- y la toma de la mano para salir afuera.

Mariano lo tomo de la mano y sentia que iba a ser la mejor noche de todas.

Y la fue, claro que si.

El morocho la hizo recorrer lugares de clase media que eran increibles, no los conocia pero ahora le encantaban. Lugares a donde iba de pequeña y ya ni se acordaba de su existencia. Por un momento sintio que volvio a su infancia y recordo los momentos en familia que compartian en esos lugares, cuando su papa no tenia la empresa y eran felices a pesar de no tener tanto dinero y eso le encantaba.

Habian salido de un restaurante, donde ella solia ir cuando era chica y ese fue el ultimo por hoy.

-Y a donde vamos ahora?- le pregunta ella, feliz, ya que fue una noche inolvidable.

Mariano solo le sonrei y no le contesta hasta que llegaron a la esquina del restaurante, donde puede ver una gran moto, negra y de ultimo modelo.

-Subi que te llevo..- le dice el, mientras se sube a la moto y arranca el motor.

Ella, totalmente emocionada, se sube a la moto, aferrandose a su cintura y apoyando la cabeza en su espalda.

-A donde me estas llevando Mariano?- le pregunta ella, ya que venian viajando hace un rato largo y no llegaban mas al lugar desconocido.

-Hasta el fin del mundo..- le responde el, mientras se concentraba en el camino.

Llegaron a una casa, mansion mejor dicho, muy alejada de la capital, que estaba escondida en algun lugar de la gran ciudad.

Mariano la hace pasar, por la puerta blanca y se encuentra con un living decorado con velas y en la mesita de vidrio, solo habia dos copas y un champagne en el hielo.

Suben la escaleras y llegan a la terraza de la mansion, en donde se podria apreciar la ciudad. Los edificios, los autos en las avenidas, las luces de la noche, el cielo estrellado y la luna llena que esa noche brillaba mas de lo normal.

-Esto es el fin del mundo?- pregunta Mariana, sin despegar la mirada de la vista que tenia desde esa terraza. 

-Si.- le responde Mariano, mientras el tambien apreciaba la belleza de ciudad que tiene.

-Esto no es real..- le dice Mariana con una sonrisa.- Estas cosas no esxisten.

-Si la miras de otro lado, si existen..- le afirma el y logro converserla.

-Gracias por mostrarme el otro lado de la vida, no lo conocia, o mejor dicho, lo habia olvidado.

-La pasaste bien?

-Mas que eso.- le asegura ella.

Bajan al living donde estaban las dos copas, para brindar por la hermosa noche que compartieron.

-Brindo por la hermosa noche que me hiciste pasar.- le dice ella, con la copa en alto.

-Yo tambien, y por muchas mas..- agrega el y chocan sus copas, sin dejar de mirarse el uno al otro.

Entonces en un abrir y cerrar de ojos, ya estaban besandose, sacandose la ropa, recostandose en el sillon del living y entregandose el uno al otro, descubriendo cosas nuevas en cada momento intimo que tenian.

''Ella lo hacia reír sin razón. El la hacia gemir con locura''

Aprender a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora