El avión aterrizo y ella se baja de este, respira aire profundo de Buenos Aires querido, le gustaba viajar y conocer ciudades nuevas, pero extraño mucho su país y las cosas que dejo acá.
Su familia, obviamente, no sabia de su llegada y le daría una sorpresa, como hace un año atrás, ese día en que conoció al hombre de su vida.
Entra a la empresa, pero por la puerta de atrás, para que nadie la vea, ni siquiera el, prefería no cruzarse con Mariano.
Y como hace un año atrás, su mama, su papa y su hermano Franco, estaban reunidos en la oficina, el momento perfecto para entrar.
Abre la puerta sin decir nada y al instante se abalanzan todo hacia ella, alegres de verla.
-Siempre sorprendiéndonos vos, petiza...- dice Franco despeinando su pelo.- Cuando va a ser el día en que te pueda ir a buscar al aeropuerto?
-Pronto dejare de dar sorpresas.- le contesto ella.- Solo pasaba por acá, quiero irme a casa a descansar del viaje.
-Bueno hija.- le dice Coco.- Nosotros en una hora vamos a estar en casa, así que anda yendo.
-Franco préstame tu auto.
-Y el tuyo?
-Esta en casa el mio, dale no seas forro.
-Dale hijo, prestaselo, volves con nosotros después.
Franco resignado le dio las llaves de su fiat y ella le dio un beso de agradecimiento, a lo que este lo rechazo.
Mariano entro a su oficina y justo Lali salio de la de sus padres.
Se quedo observando la puerta que estaba en frente de la oficina de Coco, que tenia un cartel que decía ''Economía y administración'' y a lo bajo estaba su nombre: Mariano Martinez.
Se acerco y poso su mano en el picaporte, lo pensó unos segundos y entonces dejo caer su mano, no debía verlo.
Mariano ya se tenia que ir, hoy había terminado antes su trabajo y entonces se iba una hora antes, cuando poso su mano en el picaporte, sintió una especie de escalofrió recorrer su cuerpo entero y una especie de presentimiento de que ella estaba ahí.
Abre la puerta de inmediato, pero no había nadie, fueron pensamientos suyos, ya que Lali no iba a volver, tenia que meterselo en la cabeza de una vez por todas.
Respira profundo y se dirige al estacionamiento, camina con rapidez, ya que se quería ir de ese lugar que le traía varios y dolorosos recuerdos.
Una camioneta arranco y ella no la ve, pero cuando lo hace pega un grito del susto y se cubre la cara con sus manos, por suerte el conductor llego a frenar, y se bajo alarmado.
-Perdóname...- dice Mariano a la mujer que se encontraba a sus espaldas a el.- Estas bien? No te vi.- y Lali se quedo helada cuando escucho esa voz esa tierna voz que no escuchaba hace tiempo.- Iba distraído con el celular, fue un error mio.- agrego el, ya que ella no emitía palabra.
Todo sucedió en cámara lenta, ella se dio la vuelta y encontró con esos ojos verdes azulados que extrañaba tanto, una ráfaga de viento hace que su pelo se despeine, y todo el amor y dolor se hizo presente.
-Lali.- solo le sale decir a el, no podía creer lo que sus ojos veían, estaba impactado de verla ahí. Su amada estaba mas hermosa que nunca.
-Marian.- pronuncia ella, tragando en seco y una lagrima inesperada recorre su mejilla.
-No pensé que te iba a ver.- dice el, aguantándose las ganas de abrazarla.
-Llegue esta mañana...- le dice ella.- Nadie sabia que volvía.
-No te parece que tenemos que hablar?- le pregunta y ella niega con la cabeza.
-Creo que las cosas fueron dichas hace 6 meses atrás.- responde ella, con su orgullo ante todo.
-Esta bien..- acepta el, agachando su cabeza.- Te voy a volver a ver?
-No, porque me voy a España pasado mañana y no creo que vuelva por un tiempo.- el asiente con la cabeza, no podía retenerla, ni decirle nada.
-Bueno, suerte.
-Suerte para voz también.- dice ella fría.
Se saludan solo con la mirada, esas miradas que decían todo, pero que al mismo tiempo no decían absolutamente nada.
Y esa fue su despedida.

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Aprender a amar
RomanceDos personas lastimadas que se encuentran para sanar esas heridas que les dejó el pasado.