Capítulo 5

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-Te he traído un moffin.
-Gracias, Edmond -le sonrió torpemente.
-Crei que era yo quien debía consolarla -le lanza una mirada.
-También gracias a ti, Chloé.
Les he contado lo que pasó. Sé que se sienten mal por mí, y han hecho lo posible por hacerme sentir mejor estos minutos.
-Rachel, ¿puedo hablar contigo?
Es Cuatro, está detrás de mí, y parece preocupado. Sin pensarlo me paro para ir detrás de él. Volteo a ver a Chloé quien me ve confundida, y asiento con la cabeza, haciéndole saber que todo estará bien. Nos alejamos lo suficiente del comedor, para que nadie nos escuchara.
-¿Qué te ha dicho Eric?
-Sólo me ha advertido.
-No te muestres débil, Rachel. Eric es así, ¿de acuerdo?
-Por supuesto, gracias.
Regreso a la mesa en la que están sentados Chloé y Edmond.
-¿Qué sucedió?
Iba a contestar cuando un chico se acercó a nosotros, acompañado de otra chava.
-Hola, soy Uriah, ella es mi amiga. Se ha corrido el rumor.
-¿Rumor? ¿Qué rumor? -respondo.
-Sobre lo que pasó con Eric.
-Todos sabemos que Eric no es alguien con quien tratar, y tú le has contestado -se empieza a reír.
-Sí, bueno, ¿eso qué?
-Requiere valor, Rachel.
-Debemos salir a dar la vuelta -interrumpe su amiga.
-Sí quiero -Chloé responde rápidamente, como si la invitación hubiera sido dirigida a nosotros. 

Nos estamos arreglando para salir, pues según entendí la invitación también era para nosotros. Parece ser que nos haremos un tatuaje, yo no estoy muy segura aún, pero Chloé sí que lo está. De momento pienso en los tatuajes de Eric, y lo bien que lo hacen ver. Aunque no me guste admitirlo.
-¡Vamos! -nos apresura Edmond.

Olía a cigarro, y también a alcohol. Nos acercamos a una mujer, para que le hiciera el tatuaje a Chloé. Me sente junto a ella, me había estado contando una historia, o algo que le había pasado, la verdad es que no podía poner atención, sólo pensaba en la punzada de mi brazo. Una voz detrás se me hizo conocida, y cuando volteo veo a Eric platicando con un hombre poco más chaparro que él, sostenía un cigarrillo en la mano. Eric desvió su mirada hacia a mí, acariciaba la colilla de su cigarrillo, pero la mirada no la apartaba, supongo que quiere seguir provocando ese efecto en mí. Y lo consigue, así que aparto la mirada.
-Me tengo que ir, Chloé.
-¿Ahora?
-Sí.
Ella asintió con la cabeza, entendiendo a lo que iba todo esto.
Iba llegando al dormitorio, cuando de pronto escuche a alguien detrás de mí. Eric.
-Creo que no he roto ninguna regla -digo.
No dijo nada, sólo se siguió hacia a mí, no sabía si retroceder o quedarme quieta. No tuve tiempo de nada, él ya estaba frente a mí.
-No seas débil, Rachel.
Por primera vez lo oigo decir mi nombre, y escucharlo venir de él me hace sentir aún más nerviosa. Aún no encuentro que decir. Da unos pasos al frente, de modo que ahora podía percibir el olor a tabaco. Se fue acercando lentamente hacia a mí, y ahora respiraba el olor a tabaco. Se quedó ahí parado por unos segundos. Suspira de manera lenta y por fin dice:
-Te veo mañana, niña.
-Rachel -sonrió torpemente.

Amor antes que facción. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora