Amor antes que facción.

Capítulo 15

Corro dentro del hoyo, y grito tan fuerte para hacerme oír.
-¡Eric, basta!
Eric que está encima de Cuatro deja el puño al aire, y me voltea a ver. Ambos parecen sorprendidos. Me acerco con gran cautela a ellos y le vuelvo a suplicar que paré.
Los murmullos cesaron, y ahora tenía todos los ojos puestos en mí.
Cuatro le logra dar un golpe y lo hace caer al otro lado. Se acerca a mí, y le ofrezco mi hombro para ayudarlo a caminar.
-Te llevaré a enfermería -susurro.
-No. Iremos a mi dormitorio. Por favor -súplica.
No insisto y lo llevo por donde él me va guiando. Lo ayudo a abrir la puerta y ambos nos metemos. Se sienta con dificultad en la esquina de su cama, y deja ir de mi hombro. Busco una playera y la remojo para ponerla en su rostro amortizado.
-Gracias. Aunque podía solo -dice sarcástico.
-Lo sé. Sólo que se veía algo doloroso. ¿Qué pasó?
-Eric y yo no nos llevamos muy bien que digamos. Tenemos nuestras diferencias.
Me siento a su lado y lo ayudó a sostener la playera mojada. Para que él continúe hablando.
-Estaba bastante molesto. Se trata de quien obtiene un puesto mejor, pero él siempre querrá ser el mejor. Sin importar que. Simplemente quería hacerse el rudo frente a los demás -termina, no queriendo hablar del asunto.
-De acuerdo. Volveré a mojar esto, aguarda.
Me levanto de la cama, y despego la playera de su rostro para llevarla conmigo, antes de alejarme el sostiene de mi mano, y me ve. Es algo nuevo en él, no había visto este lado. Me acerca a él, y me obliga a soltar la playera. Se levanta con dificultad, para quedar a mi altura. Puedo sentir como le cuesta trabajo el respirar, y sus cálidas manos alrededor de mi cintura. Inclina su cabeza y me besa. Llena de una sensación de excitación, le sigo. A decir verdad, no quiero parar. Sus labios son tan suaves, y se deslizan con agilidad por los míos. Que placer este el de besar. Sentir su erección contra mí me hace excitar. Da un giro y me recuesta en la cama. Sus manos empiezan a subir de mis caderas a mis pechos. Me está masajeando tan bien que me hace gemir. Escucho salir una risa de él, pero eso no hace que se detenga, al contrario, se nota como eso lo excita aún más. Comienza a besar mi cuello, y poco a poco baja hasta llegar a mi abdomen. Sus dedos se meten por mis mayones y comienza a bajarlos, pero el continúa besando, y bajando aún más, llegando a mis extremidades. Vuelvo a gemir, aún más fuerte. Esto me está gustando.
-¿Racheeeeel, estás aquí?
Se escucha del otro lado a Eric, grita tan fuerte que me hace saltar del miedo. Se escucha enojado, furioso.
Comienza a golpear la puerta con fuerza y continúa gritando mi nombre.
Me paro de la cama y me subo los mayones.
-¿Te preocupa? -me susurra Cuatro al oído, tan cerca de mi cuello que vuelve a besarlo.
Hago caso omiso a los gritos de Eric y cierro los ojos para disfrutar de los besos.
De pronto la puerta se abre de golpe.