Max está parado frente al micrófono, esperando el momento en el que la sala guardé silencio. Y cuando por fin llega el momento, dice:
-Esto será un previo aviso, después de esto, todos ustedes podrán seguir con lo suyo -sonríe-. Como sabrán, estos días han sido un poco difíciles para todos.
Guarda silencio por unos minutos, y se da un tiempo para tomar de aquella sustancia que me pareció demasiado ácida.
-"Poco difíciles para todos" -repite Chloé entre dientes.
-Tranquila -le susurro.
-Silencio, por favor -prosigue-, se hará una última prueba, para todos. Menos nosotros los líderes.
La gente comienza a reclamar molesta, y yo sólo muerdo mi lengua con fuerza.
-No será nada difícil, ni tendrán que volver a pasar por sus peores miedos -grita-. Probablemente tardemos dos días en todo esto, y volverán a sus actividades normales.
Parece que las últimas palabras logran calmar a la multitud, incluyéndome. No me parece tener que volver a pasar por todo aquello que me aterro por mucho tiempo.
De reojo veo como Eric discute sobre algo con sus amigos, pero no puedo escuchar que es aquello de lo que hablan. Él se muestra confundido, y agotado. Me voltea a ver, y sostengo la mirada, pero él no, así que se voltea de modo que no veo su perfil, si no su espalda. Sigue siendo una agradable vista.
Max menciona los nombres de los líderes, y cuando llega al nombre de Eric, alguien grita:
-¡Cuatro estaría en su lugar!
Aquello deja a todos en silencio. Eric busca con la mirada a la persona culpable, al igual que Max y todos los presentes.
-¿Cómo dijeron? -Eric se para de su asiento, furioso-. Por lo menos tenga el valor de hacerlo frente a mí.
Un hormigueo se apodera de mi cuerpo, al igual que el silencio del salón.
-Fui yo -dice Uriah.
Se levanta de su silla, dejando a la mayor parte de la gente boquiabierta. Sé que no ha sido él, porque lo conozco, y no es tan valiente como parece. No sabe a lo que se enfrenta, y el sólo hecho de haberse parado de aquel asiento, lo mete en un gran lío. Siento una gran pena por él.
Una maravillosa idea me viene a la mente, pues no hay más que me pueda hacer él, el daño ya está hecho. Podría pararme, gritar que la dueña de la voz he sido yo.
-Fui yo -me paro temblorosa de la silla.
-¿Qué? -pregunta Uriah.
-Vamos, no me quieras defender -miento-, ambos sabemos que he sido yo.
Se acerca torpemente a mí, yo lo miro fijamente y él también tenía fijos los ojos en mí, pero de un modo frío e inexpresivo, excesivamente molesto y desagradable.
-Siéntate -ordena.
-De hecho, ya me iba.Estaba dentro de mi recámara cuando la puerta se abre de golpe.
-¿Qué has hecho? -Chloé entra furiosa y preocupada, dejando la puerta entreabierta.
-No sé -digo preocupada.
Mis temblorosas manos hacen un inútil esfuerzo por recoger los mechones que cuelgan, pero después de un rato se rinden.
-Chloé sal de aquí -Eric interrumpe, entrando furiosamente a la recámara. -No -dice segura.
-Ahora -responde amenazante.
-Estaré bien, al rato te busco.
Sé que esta igual de asustada que yo, pero si algo malo me va a pasar, que sea a mí, no a ella. Cuando por fin deja el salón, Eric camina furioso a mí, empujándome con fuerza a la pared.
-¿Qué crees que haces, niña? -grita.
Las manos me sudan y las palabras no salen de mi boca. Eso lo enfurece aún más, y sólo me queda esperar su siguiente movida.
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Amor antes que facción.
Fanfic-¡Qué fastidio! -gimió-. Todos esos años trabajando por lo que querías y lo dejaras atrás, todo por una chica. ¡Elige ahora, Eric! -Amor antes que facción. AVISO: Muchos de los personajes no me pertenecen a mí, si no a Veronica Roth. También acla...