Dominada por una inseguridad que no alcanzó a entender, me levanto de la cama. Tomo mis botas y salgo del dormitorio. Llevo una camiseta que deja al descubierto un poco mi cintura, y mi pans, está vez no traigo conmigo un suéter, así que siento mi piel erizada por el frío. Con pasos lentos y silenciosos llego a la puerta de salida.
Subo al tren con poca dificultad, y me sientó dejando mis pies colgados. Estaba sofocada de tantos pensamientos, y evidentemente formaban un nudo en mi garganta, que al poco rato eran lágrimas que caían a mis piernas. No dejaba de pensar en que el haber salido de Osadía me traería problemas, pero si Eric te dejara sin facción, comienza a decir mi subconsciente, que más da.
-¿Qué haces aquí?
Volteo sabiendo que es la voz de Eric, tomo un trago de saliva, y seco mis lágrimas.
-Nada -respondo fríamente.
Me paro de donde estoy y no aparto mi mirada de la suya, aunque me ponga de nervios, no me quiero ver débil.
-Vaya, has decido irte con las personas sin facción para evitar pasar la vergüenza enfrente de todos. Haces bien iniciada -sonríe.
Tengo el coraje atravesado en la garganta y no pienso ni dos veces en decirle lo que pienso.
-Eres repugnante -le lanzo un puñetazo directo en la cara, dándole en la nariz.
Al pegar contra su cara, logro escuchar que algo resuena, pero no sé si ha sido mi mano al contacto de su nariz o su nariz siendo quebrantada. Le he dado un buen puñetazo, y lo sé porque mis nudillos están tan rojos como su nariz dilatada. Esta tratando de detener la sangre que salpica sus costados. Ahora es cuando me siento culpable por lo que he hecho, me quedo paralizada sobando mis nudillos. No sé si ayudarlo con el sangrado o disfrutar de verlo sangrar.
-¿No te has roto la mano? Honestamente no sé si haya roto mi mano, pero sí duele mucho.
-No.
Por fin logra detener el sangrado, y voltea a verme.
-Bueno, menos mal, la necesitarás.
Corre tan rápido a mí que no puedo reaccionar al momento. Me toma de la cintura y se lanza a su vez hacia afuera. Mi espalda golpea fuertemente con el techo de un edificio, cuando logro por fin reaccionar, Eric tiene sus piernas a mis costados, su mano derecha ha dominado a mis dos débiles brazos hacia arriba, y se inclina. Todo su peso está sobre mí, y lo único que se logra escuchar son nuestras respiraciones.
-No quiero dejarte sin facción -toma aire-, quiero que demuestres ser fuerte. Quiero que seas la persona que sé que puedes ser. Quiero que dejes lo cordial a un lado. Me agradas iniciada, si te quisiera fuera de Osadía lo hubiera hecho desde un principio -vuelve a tomar aire.
Suelta mis brazos y se para de inmediato, me alarga la mano y la tomo para agarrar el impulso para levantarme.
-Buen golpe. Debes intentar esto en el ring -se restriega la nariz y corre para tomar el tren que va a toda velocidad, dejándome ahí.
ESTÁS LEYENDO
Amor antes que facción.
Fanfiction-¡Qué fastidio! -gimió-. Todos esos años trabajando por lo que querías y lo dejaras atrás, todo por una chica. ¡Elige ahora, Eric! -Amor antes que facción. AVISO: Muchos de los personajes no me pertenecen a mí, si no a Veronica Roth. También acla...