Invasores

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Las naves principales entraban en la atmósfera envueltas en llamas, venían a una velocidad impresionante, dispuestas a atacar, pero en realidad solo eran cargueros de la maquinas que infringían daño.

Las naves más "pequeñas" eran aerodeslizadores, tenían forma de bala, cuatro alas, dos en la mitad y otras dos más atrás. En la base se encontraban los cañones dobles, eran diez en total. Al tener motores de energía nuclear podía dispar radiación que herviría cualquier cosa que estuviera compuesta de agua, pero durante un tiempo reducido ya que podría fundir el metal de la aeronave. Cuando esto ocurría se ocupaban los cañones suplementarios que usaban munición similar a la de la Tierra. En el interior se encontraban las cargas fuertes, veinte bombas, la mitad de ellas eran de neutrones que si bien no explotaban, causaban estragos en las células, la otra mitad eran atómicas. Ninguna superaba en tamaño a un balón de futbol, pero si eran detonados los daños serian perpetuos.

Cada nave de asalto albergaba una tripulación de cien personas, de las cuales un tercio contaban con el equipamiento necesario para el ataque terrestre. Un soldado Thajlayano contaba con un arma que cada dos segundos podía lanzar un metal incandescente que atravesara cualquier cosa, además esta arma contaba con un lanzador de pastillas que al ser activadas le daban a la víctima una importante descarga eléctrica, granadas de gas con virus, tanto orgánicos como inorgánicos, otras de gas paralizante y por ultimo las anticuadas que simplemente estallaban sin más.

Sin importar el rango, cada soldado vestía una armadura que cubría prácticamente todo, a excepción de las articulaciones. Los colores de estas variaban de acuerdo al cargo del portador, yendo del blanco, pasando por diferentes tonalidades, hasta llegar al negro que era usado por los miembros con menos poder en las tropas. El piloto de la nave y las personas encargadas del manejo de ella vestían de azul obscuro, para diferenciar uno de otro tenían ambos abrazos de pintados con diferentes intensidades de amarillo donde la mas intensa era la autoridad máxima.

Los cascos abarcaban por completo la cabeza, para ver se valían de las imágenes entregadas por dos cámaras que mostraban el frente y la retaguardia. Unida por cableado al resto de la armadura, el casco también indicaba el estado de las protecciones, la cantidad de municiones, el tipo de granada que arrojaría, entablaba comunicaciones con el resto de la compañía y el estado de salud del soldado, pero cada una de estas acciones debía ser controlada por una serie de botones en el antebrazo opuesto al dominante según corresponda al usuario. Otra particularidad del uniforme es que los protegían de los potenciales ataques nucleares y les permitían respirar con tranquilidad a pesar de las partículas radiactivas gracias a los filtros de los cascos, similares a los de una máscara de gases.

Los soldados se estaban preparando para salir a la superficie. Tenían especial cuidado en la pieza de armadura de la espalda, ya que en ella iban las granadas que con solo poner la mano en el agujero de debajo caía una de ellas. Conectaban los cascos a la armadura y verificaban que todo funcionara perfectamente, incluido los magnificadores de fuerza.

Como es tradición, lo último que adhieren a todo su arsenal de armas era un cuchillo de veintitrés centímetros de largo que no contemplaba ninguna mejora, se colocaba en una ranura de la protección en la pierna del lado dominante. Este artefacto estaba libre de los comando del brazo, por lo que, si se averiaba este mecanismo en la pelea, siempre podrían usarla. Era una pieza simbólica, rara vez la sacaban de su guarida, pero cuando lo hacían, era signo de que fue una acalorada batalla y que a pesar de todas las complicaciones existentes, el militar continúo con la misión.

Todas las tropas terrestres colocaban su cuchillo un instante antes de saltar de la nave. Una vez asegurado estaban listo para salir del interior, caer unos cincuenta metros y seguir el plan de ataque.

La invasión a la Tierra ha comenzado.

Ojos NegrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora