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La maravillosa luna de miel había llegado a su fin, Sungmin hizo un puchero de tristeza mientras veía por la ventana del avión la torre Eiffel alejándose, una de las maravillosas atracciones turísticas de "la ciudad del amor", resoplo al ver que los días juntos pasaron demasiado rápido, apenas recordaba cuando llegaron por primera vez al lujoso hotel y hoy le decían adiós a aquella cama testigo de todos los momentos pasionales en los 5 días de estadía.

Acaricio su vientre suspirando. No quería regresar a casa y ver que Kyuhyun se iría casi toda la jornada debido al trabajo junto a los estudios.

Internamente rezaba para que la pasión de su vida marital no se fuera al fracaso a causa de la rutina que manejaría su esposo, lo vio durmiendo tranquilamente en la silla, estaba agotado. Sungmin era consciente de que era mucho trabajo para Kyuhyun el cuidar de el mismo y del bebe que llevaba en las entrañas, sin embargo, este nunca se quejaba, todo lo contrario, actuaba con una felicidad y un amor que lo enamoraban día a día.

El rubio se giró todo lo que el cinturón de seguridad le permitió para observar de cerca al hombre con el que se había casado.

Despertaría todos los días con una sonrisa de aquellos labios, esa sonrisa que causaba efectos increíbles en su cuerpo. Sungmin sabía que si lo veía de aquella manera, por muy triste que se sintiera, Kyuhyun lo reconfortaría con aquel gesto único e inigualable.

¿Cuánto se podía enamorar?

¿Por lo menos había un límite para dejar de enamorarse de él?, se preguntó porque no hablo de su gestación desde el momento que lo supo. Dejo que las dudas lo invadieran causándole inseguridad por su aceptación.

Y ahora el mismo se reía por la manera tan tonta en la que actuó en ese momento, tratando de suprimirlo de su vida siguiendo adelante solo.

¿Estaría vivo de haber sido así?

Seguro no, primero, económicamente, no hubiera tenido todo lo necesario para pagar las consultas y medicamentos que la terapia conllevaba. Segundo, así trabajara no podía sobre esforzarse, corría el riesgo de perder lo único que había quedado del amor que tuvo junto a Kyuhyun y tercero pero no menos importante, su hijo crecería sin su otro padre, tendría que soportar las preguntas curiosas de este cuando estuviera unos años más grande ¿por qué papa no está con nosotros? O ¿Por qué todos tienes dos padres menos yo?, no quería que él bebe tuviera una mala idea de Kyuhyun, por sobre todo lo amaba. Jamás haría que el fruto de su amor odiara a su propio padre, eso sería demasiado vil.

El destino le sonrió

No se enteró de la mejor manera, tampoco reacciono de igual forma. Pero si no hubiera ocultado su embarazo en este momento no sería una persona tan madura y decidida, no sería Cho Sungmin.

Sonrió a si mismo su cambio de personalidad, entrelazó su mano con la de Kyuhyun a pesar de que este no se despertara le gustaba sentir su calor. Aquel calor que reconocería con los ojos cerrados de ser posible.

- ¿Gozando de la vista?-murmuro el castaño con una sonrisa

- Duerme un poco más. Debes estar agotado de cuidarme durante casi todo el día

- Amor soy tu esposo, es normal que cuide de ti y de nuestro bebe

- Debe ser muy agotador

- Min

- No quiero ser un estorbo para ti-le beso los nudillos mirándolo a los ojos-te amo

- No eres ningún estorbo, por favor Min es normal que te haya llevado al colapso. Pero te prometo que seré más cuidadoso cuando estemos en la intimidad para no bajar mucho tus defensas y yo también te amo

Inside Of MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora