CAPÍTULO 18

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NARRA Kyle

¡No me voy a divorciar! Mi mujer se arrepintió en el último momento, soy tan feliz. Al final mi discurso sirvió de algo, aunque todo lo que dije era verdad, ella es mi chica y nada ni nadie me dirá lo contrario, ni siquiera un absurdo papel. Karen Hamilton, eres totalmente mía.

Mi mujer y yo estábamos en una heladería, hablando de nosotros.

-Ahora que volvemos a estar juntos te prohíbo hacer una cosa, no acercarte a ninguna chica excepto a mi-dijo Karen con total sinceridad.

-¿Tampoco a mi madre?

-Hombre a tu madre si, pero como te pille con otra...

-No, te quiero Karen.

-Y yo a ti Kyle.

-Sabes, hay muchas parejas que juntan sus nombres para apodarse de una manera original y he estado pensando que nosotros podemos llamarnos Kylren, ¿que te parece?

-Pues la verdad es que... ¡Me gusta mucho!

-Y se me a ocurrido a mi solito eeh.

-Te quiero.

-Yo no-dije agachando la cabeza-yo te amo.

Seguimos hablando hasta que tuvieron que cerrar la heladería. Mi mujer y yo nos fuimos a casa, en el camino Karen recibió un mensaje, no me querió decir quien se lo había enviado y eso me puso un poco furioso. Cuando llegamos a casa empecé un interrogatorio con ella para que me dijera quien le envió el mensaje.

-¿Quien? ¿Como? Y lo más importante ¿Que decía el mensaje?-pregunté golpeando con fuerza la mesa. Tanto que me hize daño-¡Joder! Si que tenemos una buena mesa.

-¿Celoso?

-¡No!

-Me encanta cuando te pones celoso mi amor.

-¡Que no estoy celoso joder!

-Cuando más lo nieges más me demuestras que te importo-dijo acercándose seductoramente a mi.

Entonces me imaginé lo que iba a hacer y retrocedi un poco. Tenía una cara de confusión mezclada con miedo. Oh espara, ¿le tengo miedo a mi mujer?, pensé que este día jamás iba a llegar. Me siento tan humillado y a la vez tan inútil.

-Sea lo que sea que vas a hacer, alejate-dije.

-Venga, si tu sabes lo que voy a hacerte, cariño-dijo acercándose y acorralandome entre la pared y ella.

-Mmmm.

-Los chicos no sois los únicos que podéis violar, ¿no?

-Vale...

-Venga mi amor, dame un besito-dijo acercándose y poniendo morritos.

-¡Déjame!-grité corriendo.

Corrí por toda la casa hasta que me cansé y terminé rindiendome, necesito urgente empezar a correr, un cuerpo como este tiene que mantenerse chicas. Lo de "chicas" va por todas mis lectoras. Las amo, tanto como ustedes me aman a mi. Bueno, aunque no os hagais ilusiones porque tengo esposa. Y hablando de esposa, ahora no se si Karen está muerta o agonizando por alguna parte de la casa. La última vez que la ví estaba corriendo para pillarme y comerme a besos, ahora no se donde está.

Volví al salón y la ví echada en el sofá, comiendo palomitas y viendo la televisión. Caminé despacio hacia ella, y cuando estaba detrás suya empeze a hacerle cosquillas.

-¡Para! ¡Para!-gritó intentando zafarse de mis cosquillas.

-No parare hasta que me digas quien te envió el mensaje y que decía.

-Esta bien, esta bien-dijo limpiandose las lágrimas que se le habían caído.

-Y bien, dime, ¿quien era ese imbécil?

-¿Como sabes que era un chico?

-Te conozco bien, y se que cara haces cuando estas hablando con un chico y la cara que haces cuando hablas con una chica. Y por la cara que hacías antes estabas hablando con un chico.

-Si es verdad, estaba hablando con Niall. Me había dicho que su novia había tenido la idea de hacer un picnic con James, su novia, tu, yo, mi hermano y su familia.

-Aaaa, ¿sólo era eso?

-Sip.

-¿Y has estado a punto de violarme sólo porque a la novia de tu amigo se le había ocurrido la idea del picnic?

-Más o menos-dijo asintiendo.

-La madre que te parió Karen. Y yo que creía que un imbécil estaba ligando contigo por un mensaje del puto móvil-dije lo más serio que pude.

Por parte de mi esposa escuché un ruido proveniente de su boca que hizo que mi piel se erizara. Exacto, era su preciosa risa.

-¿Te parece gracioso?

-Si-dijo riéndose más fuerte.

-Esta bien, pues tendré que castigarte, ¿no?-dije sentandome a su lado.

Cogí el bote de palomitas y lo puse en la mesa. Apagué la televisión y empecé a besarla por el cuello...

-Kyle, ¿esta es tu manera de castigarme? Porque me está gustando, eh.

-Ajá-dije besandola por todo su cuerpo.

Me aparte de ella, la cogí por la cintura y la subí a mi hombro. Caminé hasta el dormitorio con ella en brazos, la eché en la cama y la besé apasionadamente en los labios.

Escuché un gemido de su parte, y eso me dio a entender que le estaba gustando. Así que acelere los besos, haciéndolos más intensos. Mi mano viajó por sus piernas, hasta llegar a su parte íntima. Entonces paré. Me levanté y la vi con el ceño fruncido.

-¿Porque has parado?-preguntó algo molesta.

-Porque ese es mi castigo, ya es tarde, es mejor que vayamos a dormir, ¿no?

-Pero...

-Shh-dije poniendo mi dedo índice en sus labios- no hables, sólo duérmete.

-¡Déjame!-gritó empujandome.

-Pero cariño, no te enfades-dije riendome.

-¡Vete a la mierda!

-¿A donde vas?

-Al salón a ver la tele, no tengo sueño.

-¡Ay cariño te enfadas por todo!-dije imitando su voz, haciendola enfadar.

-¡Te odio!-gritó dando un portazo a la puerta.

Me eché en la cama y apagué la luz. Intenté dormirme pero no podía, alomejor era porque me sentía mal por haberla echo enfadar. Acabamos de salir de una especie de discusión y no quiero volver a enfadarme con ella. Pero la verdad es que si tengo algo de miedo de ella. No sabéis como se puede poner cuando está muy enfadada, y es por eso que intento no discutir con ella. Pero en este caso estaba preocupado por nosotros así que me levanté y me fui al salón donde estaba Karen.

-Cariño-dije casi en un susurro.

-¿Que?-dijo Karen de mala gana.

-Que no quiero pelear contigo, pero te merecias ese castigo, por haberme preocupado.

Ella me miró como si me estuviera asesinando con la mirada. Entonces dijo:

-Vale te perdono, pero Niall quiere saber si vamos a ir al picnic. Yo quiero ir-dijo como una niña pequeña.

-¿No estas enfadada?

-Nooo. Te quiero.

-Buff. Menos mal, me quitas un peso de encima.

-Bueno que, ¿vamos?

-Claro que si-dije.

-¡Te quiero!-gritó abrazandome.

-Y yo más.

Conviviendo con mi Playboy © (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora