Cuatro. Una promesa para el futuro

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1.

Zitao se adentró en el cuarto de su amigo, encontrando a este, como siempre, metido en su computadora. Llevaba sólo el bóxer y una camiseta, después de todo el verano estaba cerca y los días eran cada vez más calurosos

– ¿Qué estás haciendo? – preguntó Huang, sentándose en la cama.

– Estoy buscando una escuela de baile que esté cerca.

– ¡¿Escuela de baile?! – frunció el ceño como si su amigo fuese un alienígena. ¿Desde cuándo estaba interesado en eso?

– Sí. – respondió simple.

Pero no era simple, nunca habían hablado sobre eso y de repente él venía con esa idea. Tao se sintió traicionado, como si el otro ya no compartiera su vida con él.

– ¿Desde cuándo?

– Desde hoy. – sacó los ojos de la pantalla, girando para mirar a su amigo. – Después del almuerzo me quedé viendo en la TV uno de esos programas con presentaciones de grupos pop y me quede pensando. Vi todas aquellas personas gritando por ellos... ¿Ya pensaste en ser idol?

– No... – ahora se sentía mejor, era una más de esas rápidas ideas que surgían en la cabeza de su amigo, no era algo que él estuviera pensando desde hace tiempo. Sonrió. – ¿En serio?

– Parece interesante. – colocó la mano debajo del mentón como si estuviera pensando sobre ello. – Debe ser muy genial ser famoso.

– Sí, pero es difícil.

– Sí, pero no lo sabré si no lo intento.

Huang asintió y su amigo volvió su atención a su búsqueda. Probablemente la próxima semana Oh habrá desistido de la idea. Tao sabía que su amigo solía emocionarse al principio, pero después de un tiempo lo olvidaba. Él era siempre así.

– ¿Quieres hacerlo también? – preguntó de espaldas, sin dejar de buscar.

– Esta vez paso. – Se acostó en la cama del otro, dejando que continuara con su búsqueda en paz, sin preocupaciones.

Algún tiempo pasó y Huang casi se queda dormido sobre la cama de su amigo, sólo no lo hizo porque, de repente, la voz de su amigo irrumpió el ambiente, ruidosa y animada.

– ¡La encontré!

Asustado, el chino abrió los ojos y miró a su amigo.

– ¡Está a cuatro cuadras de aquí! Muy cerca. – giró emocionado, mirando a su amigo medio dormido. – ¡levántate! Vamos.

– ¿Vamos? – Tao ni se movió cuando vio a su amigo ponerse un pantalón de jean.

– Sí. – Se detuvo en el medio del cuarto observando al otro sentarse, aun sin intención de levantarse. – Dale Tao, ya le envíe un mensaje a mi mamá avisándole que me iba a inscribir.

Aish... ¿y por qué tengo que ir contigo? – se levantó perezoso.

– Entonces no lo hagas. – tomó una de sus gorras y se la colocó, arreglando su cabello.

Huang resopló antes de seguir al otro que salía del cuarto.

– Sólo tengo que pasar por casa para tomar mis zapatos.

Sehun bajó la mirada hacia la puerta de entrada, donde se sacaban los zapatos cuando entraban y constató que no había zapatillas allí, ni nada

– ¿Tao, viniste descalzo?

– Sí. – Dijo como si fuera muy normal que las personas salieran de casa descalzos.

– Estás loco. – colocó el código de acceso para sacarle el seguro a la puerta y los dos salieron.

Just Pleasure? [taohun/traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora