Veintitrés. La audición.

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1.

Lu entró a la casa con su amigo, encontrándose con Yifan que estaba sentando en el sofá viendo una película.

– ¡Buenas noches! – saludó después de cerrar la puerta.

– Oh, ¡hola! – giró encontrándose no solo con Han, sino también con el chico que su amigo había traído a casa la última vez. – Zitao, ¿no? – quiso confirmar.

– Sí. – asintió el menor.

– ¡Fan! Tenemos una misión.

– ¿Qué misión? – frunció el ceño, pero luego miro al invitado y se dio cuenta de que este tenía los ojos rojos. – ¿Misión helado? – soltó conociendo por encima la historia de Zitao. En la época en la que su amigo Han y Yixing habían terminado ellos acabaron llamando "misión helado" a cuando se quedaban en el sofá viendo una película cualquiera y comiendo dulces, principalmente helado. Porque lo dulce, decía Han, curaba cualquier corazón roto.

– ¡Sí!

El chino más alto se levantó del sofá y fue hasta la cocina, mientras Lu tiraba de Tao, que no entendía nada, hasta el sofá. Los dos se sentaron y esperaron a que Yifan volviera. Quien poco después volvió con un pote de helado y tres cucharas.

– Te dije que iba a hacer chocolate caliente, pero es mejor el helado porque hace mucho calor. – dijo Lu sonriendo hacia el menor.

Vieron una película en la TV, pero no por mucho tiempo, porque Tao tenía que volver a casa ya que al otro día tendría clases.

Fue bueno, porque así distrajo un poquito su mente, aunque aún pensaba en Sehun y en las ganas que tenia de hablar con él. Quería correr hasta él y esclarecer las cosas de lo ocurrido con Han.

2.

Al día siguiente Zitao no vio a Sehun por la mañana, ni el receso, y cuando fue la hora de marcharse, su mejor amigo ya se había ido. Volvió a casa solo, y cuando entró al edificio fue directo al piso de Oh.

Se sentía intrigado por el comportamiento del menor, no podía entender lo que pasaba por su cabeza. ¿Por qué lo estaba ignorando? ¿Realmente se había molestado por lo del día anterior? ¿Pero por qué? ¿Por qué había ido con Han? Pero fue él quien se marchó solo sin esperarlo.

Sehun no estaba en casa, por eso cuando Zitao llegó a su apartamento intento llamarlo, quería saber lo que le pasaba. Tardo un poco en atender, pero cuando lo hizo, la voz de Sehun sonaba un tanto desanimada.

Hola...

– ¡Sehun! – y las palabras murieron en su boca, no sabía muy bien que decir ni cómo hacerlo. Era extraño hablar así por teléfono, no podía ver su expresión ni entender lo que sentía. – Hm... Hoy desapareciste. – se sentó en la cama.

Tao... Mira, no quiero que estés molesto conmigo. Pero quiero un tiempo a solas para pensar en unas cosas.

– ¿Hice algo malo? – preguntó más rápido de lo que le hubiera gustado. Se sintió tonto por eso.

No, no hiciste nada. Es como mía.

– Oh, está bien. – respondió desanimado. – Pero, ¿no quieres pensar mientras jugamos algo? O te quedas acostado sin decir nada... ¿o cualquier cosa de ese tipo?

Escuchó la risa de Sehun del otro lado de la línea, y término riendo también.

No, Tao. ¡Solo! – volvió a afirmar aun riendo.

– Ok.

Deja, solo te haré una pregunta.

– Dime.

Just Pleasure? [taohun/traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora