Once. Yo sé lo que te gusta

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1.

Sehun despertó sintiéndose un poco extraño, tal vez  por las bebidas ingeridas el día anterior en la fiesta. No es como si bebiera siempre, sólo cuando Tao lo invitaba a ir a aquellas fiestas. Pensó en su amigo y lo buscó en la cama, pero él no estaba allí.

Se sentó, restregando sus ojos. Miro al reloj y se asusto, ¿cómo pudo hacer dormido tanto? ¿Y donde estaba Tao que no lo despertó? Se levanto y camino lentamente hasta la puerta del cuarto, estaba medio mareado y con el cuerpo adolorido, por la cantidad de tiempo acostado.

La casas estaba más silenciosa de lo que debería, sabia que los padres de su amigo no estarían en casa, pero no donde estaba Tao. Camino buscándolo y constato que él no estaba allí. Volvió al cuarto y tomo su celular. Abrió KakaoTalk y le mando un mensaje.

"¿Cómo vas a dejarme sólo en tu casa?"

Se quedo esperando la respuesta, mientras iba al baño. La respuesta tardo en llegar.

"Deja de ser mimado."

Sehun se rió, e iba a responder, hasta que vio otro mensaje de Tao.

"Ya estoy llegando."

Bloqueo nuevamente el celular y lo dejo a un lado, sobre la cama. Y sólo en ese momento Oh se dio cuenta de todo lo que había ocurrido el día anterior. Abrió los ojos sorprendido, él realmente había hecho aquello y no había sido un sueño loco.

Tao estaba por llegar, ¡¿cómo iba a mirarlo a los ojos?! Sintió su rostro empezar a calentarse, si ya estaba avergonzado, no quería ni saber como estaría al mirar a Huang. Considero la idea de volver a casa y mandarle un mensaje avisándole.

Se llevo las manos al rostro, restregándolo, intentando controlarse. No debería estar así, Tao era su mejor amigo desde que tiene memoria, no tendría que avergonzarse sólo porque habían tenido sexo con una chica... Juntos. ¡Que absurdo! ¡¿Cómo podía Tao ser así?! Tenia miedo de pensar en lo que su amigo podía planear.

Respiro hondo, tenia que calmarse. No podía sufrir anticipadamente, no atrasaría su encuentro con Tao. Él era su amigo, se verían tarde o temprano.

Dejo de pensar cuando la puerta de la entrada fue abierta, y escucho la voz del chino.

– ¡Llegue, Hun ah!

Oh se levanto de la cama y fue hasta la sala, encontrando a Tao que entraba a la casa, con bolsas.

– Tuve que ir al mercado, no había nada para comer. – Reclamó entrando en la cocina. – Necesitaba tanto de un café fuerte. – Murmuró. – ¡¿Cómo mi madre no pudo hacer las compras?!

El coreano acabo sonriendo con aquella manera normal de su amigo, eso lo tranquilizaba tanto. tao seguía como siempre, lo ocurrido parecía no haber cambiado nada. Estaba feliz.

Camino hasta la cocina, donde el otros sacaba las compras de la bolsa.

– Deberías haberme despertado para que vaya contigo.

 – Esta bien... Parecías cansado. – Agarró la cafetera y colocó un poco de café que había comprado. –Todavia me duele la cabeza, y eso que ya tome el remedio. – Suspiró.

– Creo que bebiste demasiado.

– No bebí tanto, no exageres. – Encendió el electrodoméstico, luego tendría café fresco.

– Cierto, Imagina si lo hubieras hecho, ¿bien? – se sentó es una de las sillas de la cocina. – Si bebiendo 'poco'... – jugo con sus dedos. – tu... – dejo de hablar humedeciendo sus labios y mirando a un lado. Se dio cuenta de lo que estaba haciendo, entrando en aquél asunto del que tanto quería huir. Se maldijo.

Just Pleasure? [taohun/traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora