Capítulo 11

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– Nosotras vamos a estar en las gradas – me sonrió Rory.

 Asentí y me dirigí al grupo de chicas sentadas en ronda.

 Aurora y Charlotte se quedaron para poder ver mi audición, aunque no creo que sea gran cosa, ni que vaya a quedar; pero ellas insistieron.

 Stacy hizo su entrada triunfal en el gimnasio cinco minutos después, seguida por dos chicas detrás de ella. Tenían, las tres, el uniforme de las animadoras y una colita alta, con una cinta azul adornando. Se sentaron en una mesa frente a las gradas donde Rory y Charlie están sentadas.

 – Siéntese en las gradas detrás de nosotras, cuando las llamemos, pasan delante y hacen lo que digamos.

 Nos paramos y nos sentamos detrás de ellas.

 Un momento después, la profesora Stewart entró al gimnasio.

 – No estabas pensando empezar sin mi, ¿Verdad? – le preguntó a Stacy con una ceja levantada.

 – Claro que no profesora Stewart, ¿Cómo voy a ser capaz de hacer eso? – dijo sarcásticamente.

 La profesora la ignoró y se sentó en la parte baja de las gradas.

 – Empiecen – dijo ella.

 Stacy asintió y llamó a la primer chica. Qué suerte que yo me inscribí de última.

 Yo ni siquiera veía lo que las chicas hacían, mi cabeza estaba ocupada con cierta mirada color verde. Quiero hacer la audición e irme, estoy ansiosa por mi casi-cita con Derek. Ojalá que cuando venga espere afuera, no quiero que entre al gimnasio y me vea hacer la audición. Me encuentro nerviosa y sé que no es porque voy a tener que hacer piruetas o quién sabe qué frente a la mirada escrutadora y fulminante de Stacy Jones; sino porque voy a verlo a él. Estuve la mayoría del día pensando en lo que hablé con Thomas y con Aurora y Addie. A él le parezco misteriosa, pero, ¿Por qué? Y ellas dos tienen razón. No tiene nada de malo admitir que me gusta, que todavía no lo hace, y no tengo que tener miedo de enamorarme. Pero lo tengo. Además...

 – Lori – llamó Stacy interrumpiendo mis pensamientos.

 Uh. Esa soy yo. ¿Ya pasaron todas y no me di cuenta?

 – Lori – dijo esta vez más fuerte.

 – Estoy yendo, estoy yendo... – respondí bajando por las gradas.

 Cuando estuve frente a ellas, me fulminó con la mirada.

 – ¿Qué haces tu aquí? – preguntó en tono, claramente, molesto.

 – Vine a la clase de cocina – dije sarcásticamente.

 La profesora y las acompañantes de Stacy se rieron, pero ella siguió con su mirada de irritación.

 – Te dije que este no es lugar para alguien como tu.

 – Señorita Jones, este es lugar para cualquiera que lo merezca – dijo la profesora Stewart.

 Le dediqué una sonrisa.

 – Bueno, muy bien. Terminemos con esto de una vez – dijo ella.

 Me pidió que haga cuanta cosa se le cruzó por la cabeza. Abrirme de piernas, Verticales, Medialunas, Rondós y un montón de cosas mas. Yo los hice sin problema. Y a ella se está quedando sin ideas.

 – Creo que eso es todo – dijo la Stewart.

 – No, lo es...

 – Señorita Jones, yo dije que eso es todo. Ya puedes irte Lori, mañana estarán los resultados – dijo interrumpiendo a Stacy.

La vida de LorelayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora