(Quiero aclarar que cuando cree el personaje de Thomas Parker, no sabía que en realidad existe alguien que se llama así. Me di cuenta que el verdadero Thomas Parker es un integrante de la banda The Wanted, pero no tienen nada que ver el uno con el otro, solo eran dieciocho capítulos tarde para cambiar el nombre del personaje).
El beso duró un poco más. Él se separó terminando el gran beso con uno casto. Apoyó su frente sobre la mía y bajó la mano que tenía en mi cuello, para ponerla en mi espalda baja, junto con la otra mano. Yo seguía con los ojos cerrados y una estúpida sonrisa en mi cara. Puedo sentir la suya también. Podría quedarme abrazada a él así toda la noche.
– Tu me dijiste que ahora que hace tiempo que Ana se fue, te diste cuenta que tal vez lo que sentías por ella era una gran amistad – lo sentí asentir – yo no sé qué pensar sobre lo que me hizo estar con Brandon. Porque, si no lo amé, ¿Por qué dolió tanto lo que hizo? Pero si lo amé, ¿Por qué no me sentí como ahora me siento contigo? – terminé susurrando.
– No lo sé – me dijo en un murmullo.
Suspiré.
– En realidad no quiero pensar sobre eso ahora. No si es algo que lo involucra a él.
– Lorelay – dijo haciendo que mi piel se erice, como siempre hace cuando él dice mi nombre – ¿Recuerdas lo que te dije que significa para mi un beso en la primera cita?
– Sí.
– Entonces, ¿Aceptarías tener una segunda cita conmigo?
Reí y abrí mis ojos. Él los tenía abiertos también, y estaba sonriendo.
– Sí.
– ¿Me das permiso para robarte todos los besos que quiera?
– Uhm... – fingí pensarlo – lo pensaré.
– No creo que tengas que pensarlo – dijo sonriendo.
– Técnicamente, tendría que decirte que no. Si me vas a robar un beso, no debería saberlo.
Rió un poco.
– Bueno, no te diré nada entonces. Solo espero no recibir una cachetada después de hacerlo – dijo con una expresión divertida.
– Lo único que recibirás a cambio es otro beso, no una cachetada – le dije dulcemente.
Me sonrió.
– Siento como ese hubiera sido mi primer beso.
– ¿En serio? Yo también. O sea, es la primer vez que me siento así con un beso.
– Yo también – dijo sinceramente – ¿No tienes frío?
– No, para nada. Estoy cómoda.
Rió.
– Yo estoy cómodo también. ¿Te digo algo? Cuando tu prima nos contó lo que te pasó con Brandon, me enojé mucho. No me entraba en la cabeza que alguien pudiera ser tan basura como para hacer eso y menos a una chica como tu. Mientras ella hablaba vi que tenías la cara llena de lágrimas, lo único que quería era poder limpiar tus mejillas. Fue muy difícil de controlar. Cuando terminó de contarnos, decidí pararme y hacer lo que tanto tenía ganas.
– Me acuerdo de eso. Reconocí que fuiste tu aún cuando abrí mis ojos y vi que Thomas estaba frente a mi.
– ¿Cómo reconociste que fui yo?
– Ya lo habías echo antes, en el club.
– Ah, si. Ahí tampoco pude luchar contra mis ganas de hacerlo. Tampoco de rechazar tu invitación de abrazo.
ESTÁS LEYENDO
La vida de Lorelay
Novela JuvenilLorelay no pensó que ir al colegio de nuevo le traería grandes personas a su vida y, dentro de ellas, él y sus ojos expresivos. Cuando menos lo esperaba cayó en la trampa del amor otra vez, traicionando a sus propios instintos de defender su pobre c...