Capítulo 18

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– Quiero que me lo digas, de igual manera...

 – ¿Por qué?

 – Porque yo sí te lo dije.

 – Bueno... te lo diré – sonrió – no voy a decir que me recuerdas a Ana, ni físicamente ni en ningún otro modo, porque sería cruel y sería una mentira. Y antes de decirte por qué tu, voy a decirte otra cosa y espero que tu tampoco te rías.

 – Esto se pone interesante. Dime – le sonreí.

 – La segunda vez que te vi, cuando Thomas nos pidió que lo acompañemos a buscar a Charlotte y a Johanna, también conocimos a Robbie, ¿Recuerdas? – asentí – bueno, ayer cuando llegamos al colegio te vimos riendo con él.

 – Oh, no – reí a carcajadas – no me digas que es lo que estoy pensando – seguí riendo.

 – Puede ser – dijo algo avergonzado.

 – ¡Robbie no es mi novio!

 – Lo sé, me di cuenta cuando aceptaste la cita.

 – Bueno sigue contándome – dije calmando mi risa.

 – Cuando te vimos por primera vez con él, después hablamos con los chicos y los tres coincidimos en que sería muy tonto que no estés con alguien con lo bonita que eres y lo buena persona que muestras ser. Cualquier hubiera esperado que tu fueras hueca como otras chicas rubias o engreída como otras personas con plata.

 – Creo que Thomas me dijo algo parecido.

 – Seguro que lo hizo – dijo riendo – los tres pensamos lo mismo.

 – ¿Por qué me pediste una cita si pensabas que tenía novio?

 – No lo sé. Supongo que en realidad quería confirmarlo. Además, desde que merendamos juntos que quería pedírtelo.

 Dijo haciendo que me sonrojara.

 – ¿No lo hiciste antes porque pensabas que estaba con él?

 Asintió.

 – ¿Entendiste lo que hace que quiera salir contigo?

 – No exactamente.

 – Eres diferente. Cuando te invité a tomar algo el viernes de la semana pasada, queriendo conocerte mejor, me propusiste hacer lo de las preguntas. Tu no me preguntaste cuánto gana mi padre, de qué marca es mi ropa o cosas como esas. Tu me preguntaste cosas sobre mi. Tu quieres conocerme casi de la misma manera que yo quiero conocerte a ti – me sonrío.

 Le sonreí de vuelta.

 – ¿Puedo preguntarte algo?

 Entrecerró los ojos.

 – ¿Qué será eso? – preguntó cauteloso.

 Reí.

 – ¿Por qué cuando dijiste que cantemos Always los chicos se asombraron tanto?

 – Ah, eso – se pasó una mano por su cabello – bueno... hace tiempo que la sacamos, pero yo no quería cantarla. Siempre quieren tocarla y yo siempre digo que no.

 – ¿Por qué?

 – No lo sé – dijo sinceramente – creo que estaba esperando alguien lo suficientemente bueno como para cantarla conmigo – me dijo mirándome a los ojos.

 Me quedé mirándolo, sin saber qué decir; ahogándome en la profundidad de sus ojos verdes. Su mirada pasó de mis ojos a mi boca y me sentí fallecer. ¿Me va a besar? Me hubiera gustado pensar que si, pero como en los mejores momentos, la voz de Rihanna interrumpió el momento. Hubiera rechazado la llamada si no fuera porque está en un momento de crisis.

La vida de LorelayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora