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-Señor Oliver Briccone, ¿cómo se declara?- preguntó el hombre sentado en el estrado más alto.

-Inocente ...- dijo su patético abogado, lleno de temblores y tics nerviosos.

- El acusado puede responder por sí solo .- añadió el abogado que trabajaba para el Instituto.

-Claro, -Oliver se levantó llamando la atención de toda la sala, se dio cuenta de que era el único en pie , pero sentarse ahora sería extraño, así que siguió hablando con
seguridad.- ¿Inocente? Podría mantener esa postura, pero seré sincero , he hecho algunas cosas malas en mi vida...- su abogado sudaba tanto que parecía haber estado horas bajo un chorro de agua.

«Tranquilo, si esto sale mal, seré yo quién vaya a la cárcel, no tú»

-Señor Briccone, este tribunal no funciona así, haga el favor de tomar asiento y permanecer en silencio.- dijo el juez con pesadez, como si Oliver fuese uno más de esos pirados que ven demasiados programas americanos.

(Wooooo, turn down for what)

Oliver abrió la boca para soltar un increíble y emotivo monólogo sobre la libertad de expresión, pero corría el riesgo de causarle una deshidratación a su abogado, así que se sentó.

-¿Se puede saber que diablos haces?- preguntó Duke (el abogado) , que a estas alturas ya debía poder exprimir su camisa.

-Ganarme al juez. -dijo guiñando un ojo a este que desde el estrado negó con la cabeza.

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