My angel «VKook»

14

Jeongguk

Una de mis manos acariciaba una mejilla de TaeHyung, el aún no respondía a mi beso pero no quería detenerme, quería que de alguna manera él me respondiera.

—Por favor, TaeHyung. –Insistí empujándolo suavemente en la cama, necesitaba sentir sus labios moverse al compás de los míos.

TaeHyung había cerrado sus ojos, pero aún no me respondía.

—Jeongguk.—Susurro cuando me aparté de sus labios, nuestros rostros estaban muy cerca sentía su respiración chocar contra la mía.—Yo..

—Solo sigue el compás de mis labios. —Le dije y volví a juntar nuestros labios.

No pude evitar sonreír cuando sentí por primera vez como TaeHyung empezaba a mover sus labios, era lento, torpe, pero era lo más dulce que jamás antes había experimentado.

Mis manos bajaron sin previo aviso hasta las caderas de TaeHyung, pequeñas caricias empezaba a dibujar alrededor de ellas, no sabía que estaba haciendo, no sabía que pensar, ya que nunca antes había tomado el papel de activo, pero TaeHyung parecía tan dulce que me hacía querer ser yo quien lo hiciera.

—Jeon. —Dijo mientras se separaba de mis labios y me miraba a los ojos.

—¿Huh?

TaeHyung me había apartado y fue en ese momento en el que pensé que lo había arruinado todo, hasta que note como simplemente se sentaba en la cama y se quitaba la camiseta blanca que traía puesta en ese momento. Mi corazón se detuvo, ¿qué estaba pasando?

—Duele un poco de esa manera. —Dijo tranquilamente mientras yo estaba teniendo un ataque cardiaco muy dentro de mi.

Sus alas se dieron paso a mi vista, a lo que me sorprendí un poco ya que aún no me acostumbraba a ello, pero que de igual manera me gustaba, amaba verlo cuando sus alas sobresalían en ese hermoso color blanco.

—Ven aquí. —Me dijo mientras me jalaba por las caderas y me sentaba en su regazo, nos mirábamos a los ojos. Él me sonrió.

—TaeHyung..—Susurre mirándole a los ojos mientras mis brazos rodeaban su cuello. —No sabes cuan agradecido estoy de tener el ángel más hermoso del mundo.

Sus alas nos rodearon a ambos dejándonos en una pequeña burbuja a mi parecer, era hermoso, me sentía como en una pequeña cueva blanca en donde TaeHyung era el que se mantenía para protegerla.

—Sus labios atraparon los míos en un beso suave.—Jeongguk.—Dijo sobre mis labios.—No sabes cuan agradecido estoy de haber nacido contigo.

Pequeñas lágrimas empezaron a resbalar por
Mis mejillas ¿Por qué lloraba? ¿Por qué TaeHyung lucia triste al decir esas palabras?

—TaeHyung..

—¿Eres feliz, Jeongguk? —Dijo cortando mis palabras. —¿Estás feliz ahora?

—Soy feliz contigo.

Algo dolió dentro de mi inexplicablemente, y pude notar que en TaeHyung también ya que a diferencia de que yo no hiciera ninguna expresión, TaeHyung si la hizo. Sus brazos bajaron y me abrazaron por la cintura tan fuerte que pude sentir cierto miedo en TaeHyung al hacerlo, tan fuerte que parecía que estaba tratando de hacer que no me fuera.

Pasaron cinco minutos y ninguno decía palabra alguna, solo nos manteníamos sentados de la misma manera, TaeHyung había escondido su cabeza en mi cuello y su abrazo seguía igual de fuerte y potente, ¿Qué estaba pasando?

—Jeongguk.—Escuche decirle, su voz sonaba diferente.—Me quiero quedar contigo.

Sentía el humedecer en mi cuello, escuchar el sorber de la nariz de TaeHyung.

Mi ángel lloraba.

—No quiero perderte, pero debo hacer esto para que seas feliz. —Su voz sonaba triste, quebrada.

Mi pecho dolió, pero no me inmuté.

—¿De.. De qué hablas?

Su llanto se mantenía, pero él no me permitía el ver su rostro, se mantenía firme escondiendo su cabeza en mi cuello, su abrazo se hacía cada vez más fuerte, y en ese momento me di cuenta de que lloraba también. Sentía dolor, sentía muchas emociones, sentía a TaeHyung.

—¿Por qué esto duele tanto, Jeongguk? —Preguntó con dolor.—Esto no debería dolerme, ningún ángel sufre de esta manera cuando esto está por pasar.

—¿Duele?

TaeHyung había apartado su cabeza de mi cuello dejándome verle después de varios minutos, sus ojos lucían tristes, se miraban rojos por tanto llorar, este no era mi TaeHyung.

—Aquí. —Tomo mi mano y la poso en su pecho, justo en el lado de su corazón.—¿Por qué duele tanto aquí? —Sus lágrimas no cesaban.—No puedo verte sin no sentir un horrible dolor aquí. Dime que es esto, Jeongguk.

—No entiendo a qué te refieres. —Dije confundido.

—Jeongguk, estoy muriendo.