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Jeongguk.

Mis piernas rodeaban su cintura mientras me mantenía aún sentado en su regazo, nos mirábamos a los ojos, no sabía qué decir, "Yo te haré el amor" sus palabras seguían rondando en mi cabeza.


Sus manos se mantenían firmes a mi cintura, ¿qué es todo esto? ¿Por qué mi corazón late tan rápido? Me estaba matando, me tenía en sus manos con tan solo el echo de haberme dicho esas simples cinco palabras.


—Mi pequeño. —Me susurró dulcemente mientras acariciaba mi mejilla. —No todos son iguales, yo te trataré diferente.


¿Qué hice para merecer a alguien tan preciado como TaeHyung?


—Tengo miedo, TaeHyung.

No había ni una sola pizca de mentira en mis palabras, en verdad tenía miedo de todo esto, él era mi ángel, y no quería lastimarlo, él estaba sufriendo por mi culpa.

—Olvida todo eso, Jeongguk. —Me miraba dulcemente. —Esta noche solo somos tú y yo.


Me besó. Sus manos acariciando mi mejilla mientras sus labios se movían despacio al ritmo de los míos ¿Cuándo él aprendió a hacer esto?


¿Esto es real? ¿Esto de verdad está pasando?


Sus manos acariciando mis caderas, mientras su beso subía un poco más de tono pero sin perder esa dulzura con la que había iniciado, ¿qué estábamos haciendo? Me preguntaba mientras él dejaba que yo sacara su camiseta.



Sus alas, sus resplandecientes alas brillaban más que nunca en este instante, se habían echo presentes ante nosotros, y TaeHyung sonrió ante ello.


Unos cuantos besos más se llevaron acabo hasta que él me recostó en la cama abriendo mis piernas despacio para acomodarse entre ellas, sus ojos estaban posados en los míos, él me miraba con dulzura, con amor.


Eres mi razón de estar aquí, Jeongguk. —Habló mientras dejaba un suave beso en mis clavículas.



Un gemido se escapó de mis labios al sentir como sus labios se deslizaban hasta lo más bajo de mis caderas, justo donde mis pantalones se ajustaban, él los empezó a desabrochar para luego despojarme de ellos.



TaeHyung se alejó por un instante y observo al rededor de la habitación, una de sus manos se levantó en un movimiento hábil haciendo que las persianas de las ventanas se cerrarán, una sonrisa se dibujó en su rostro y chasqueó sus dedos haciendo que el tono de la luz se hiciera un poco más débil pero aun así con una iluminación perfecta.



—Eres un ser perfecto, Kim TaeHyung. —Susurré atento a la vista que mi ángel me daba mientras se desabrochaba los pantalones.


No hubieron más palabras al momento en que su cuerpo se volvió a posar sobre el mío dejando suaves besos en mi cuello y clavículas, sus manos apretaban mis caderas, probablemente ahí habrían marcas al día siguiente pero no me importaba al saber que TaeHyung sería el que las dejaría.






My angel «VKook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora