Ellos se retiraron de la habitación después de un rato, Gerald quería presentarte a algunos de los guardias que estaban de descanso, era importante que conociera a aquellos que tenían permitido estar cerca del príncipe. Leonard notó que Leandro de vez en vez hablaba con alguno de sus guardias para preguntar alguna cosa, se notaba un tono confiado, educado y amable, estaba seguro solo se mostraba despectivo con Gerald.
Leonard supo por la brisa en su rostro que caminaban por un pasillo conocido, saliendo de la biblioteca a unos diez metros de una salida al patio de entrenamiento. Si estaba en lo correcto esa área debía estar solitaria, de modo que pudiese ser vigilada desde las torres por cualquier movimiento inusual.
— ¿Puedo hacerle una pregunta, general?— Gerald siguió caminando como si nada.
— Adelante Leo, pregunta, llámame Gerald, en realidad no me agrada ser llamado general, solo el rey lo hace de vez en cuando y el príncipe— no pasó desapercibido el tono algo apagado con el que dijo lo último, se notaba que Gerald sabía que el príncipe se dirigía así a él por el simple hecho de hacerlo sentir incómodo— No puedo evitar sentir que tu voz tiene algo especial, me agrada— Gerald se había olvidado por completo de que el sujeto no le agradaba o se suponía no debía agradarle.
A Leonard el comentario le acarició el alma, a pesar del tiempo, él aun sentía gusto al escuchar su voz.
— Me halaga que lo diga, Gerald— le gustó volver a decir su nombre— yo solo me preguntaba... es el príncipe siempre tan... — él no sabía exactamente como preguntárselo.
— Que no te engañe su actitud conmigo, el príncipe es un joven noble y amable. Es solo que está pasando por una edad difícil y su compromiso le ha puesto nervioso— pero Leonard no había notado aquella actitud con nadie más— Supongo que te preguntas porque sólo conmigo— y vaya que había dado en el clavo— Él creció muy rápido y yo no me di cuenta, hace poco me dijo "yo solo tengo un padre y estoy muy orgulloso de él", yo no tengo familia así que supongo que me extralimité en mi cuidado— casi sintió encoger su pecho con aquellas palabras, él no debía caer en ese error, era cierto, debía recordar que Leandro no era su hijo... era hijo de Marco, él no tenía ese derecho. Por otro lado Gerald se escuchaba realmente abatido, él siempre había hablado de conseguirse una esposa bonita y llenarse de hijos... hasta ahora no había pensado en la posibilidad de que Gerald siguiese solo, era una verdadera lástima, siempre había pensado que sería un padre fantástico.
— Con que es eso...— aun así, enfadarse con alguien que solo pensaba en cuidarle y que mostraba abiertamente su cariño ¿no era un poco cruel?
Aunque bien dicen que solo te enojas con aquellos que sabes pueden perdonarte. Tal vez fuese de repente consciente de su posición en el reino, eso debía haber levantado su admiración por su padre, pensar que Gerald pretendía compararse con él quizás había creado un rencor inexplicable, quizás aún más marcado por considerarlo algo cercano ¿algo como una traición? El pensamiento humano era un verdadero misterio, como fuera el caso, sentía algo de pena por Gerald, si el príncipe lo trataba mal seguramente era por la seguridad que tenía en el perdón del rubio.
Leonard fue llevado por Gerald al área en el que se encontraban los soldados practicando, aquellos que no se encontraban en guardia. Le habían enseñado casi todo el palacio y finalmente lo llevó al sitio en el que se reunían los demás soldados, Gerald le había dicho que sería bueno que se dejase ver practicar, eso le dejaría en buena posición respecto a los demás, aquellos que llevaban tiempo allí y no tenían las dificultades físicas de las que él sufría, no era necesario que le explicara demasiado las cosas, con alguien como él en un puesto tan importante no faltarían quienes se mostraran inconformes o se sintieran más capaces de tener el honor de portar su puesto, él debía imponer su lugar, no solo para ganarse respeto sino para aclarar el porqué de su sitio y evitar que los escuadrones se fraccionaran con envidias e inconformidades.
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Traiciones Reales
Fiksi UmumLeonard amaba a Marco, pero cual imprudente adolescente le engañó y lo perdió. Sin embargo, Marco siendo rey, dejó ir a Leonard quedándose con el hijo de éste y criándolo como suyo. Dieciséis años después, Leonard regresa al castillo creyendo a su h...