Capitulo 17

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El día del viaje programado había llegado. Todos habían quedado en la estación a las diez de la mañana y, todos, estaban igual de nerviosos aunque unos más que otros. El último en llegar fue Yato.

-¡Lo siento muchísimo! Me entretuve por el camino.- dijo casi sin respiración.

-¿Y bien? ¿A quién has ayudado esta vez? – le preguntó Haku mientras entraban en la estación, picaban sus billetes y esperaban al tren.

-Anoche, mientras regresaba a casa, me encontré con un niño pequeño que estaba buscando a su gato. Por lo visto llevaba varios días perdido y aún no lo había encontrado.

-Así que te has quedado toda la noche buscándole. – pronunció Hak.

-Y esta mañana me imagino que también, por el aspecto que traes.- rió Hinata.

Yato asintió dejándose caer en el banco. Tenía unas enormes ojeras y se caía de sueño.

-¿Lograste encontrarlo, Yato-senpai? – preguntó Yona mientras Hiyori le tendía una botella de agua para que se refrescase.

-Ya sabes que puedes llamarme Yato, y sí, lo he encontrado. Estaba escondido entre los árboles del parque éste de aquí al lado.

Hubo un murmullo de alivio y de alegría por parte del grupo. Yato les explicó que lo había sentido maullar y que, por curiosidad, se había asomado para verlo cuando casi le da un ataque al corazón al ver que se trataba del mismísimo "Ue-sama", que así era como se llamaba el gato. Subió al árbol, lo cogió y corrió a casa del niño todo lo que pudo, pues lo había encontrado a las diez menos cuarto y habían quedado a las diez.

-Sin duda, eres el mejor encontrando cosas, Yato.

-Sí. ¿Os acordáis cuando perdí las llaves del candado de mi bicicleta? – recordó Hinata – estuvo buscándolas por toda la zona en la que había estado ese día hasta que las encontró cerca de la orilla del río.

-¿Cómo llegaron a parar ahí? – preguntó Morgiana interesada.

-Había estado allí tumbado un rato antes de ir a clase. Ese día entré más tarde. – Hinata rio al igual que todos salvo Haku. A él esa anécdota no le hizo ninguna gracia pero solo Yato y Hiyori se dieron cuenta de que éste no sonrió.

Por suerte el tren llegó en ese momento antes de que Hinata volviera a contar alguna de sus anécdotas. Los chicos se sentaron juntos y las chicas también, en cuestión de minutos Yato había caído dormido sobre el hombro de Hak quién intentaba escuchar música observando por la ventana y Hinata y Hakuryuu optaron por ponerse a jugar a un videojuego. Por parte de las chicas empezaron a hablar de cómo les habían ido el resto de vacaciones pero ninguna mencionó su momento incómodo o ideal con el chico por el que suspiraban.

Por fin llegaron a su destino y rápidamente fueron hacia la pensión dónde Yui había hecho las reservas. Gracias a ella su estancia le salió mucho más barata de lo que realmente costaba en esa época del año.

Cuando las chicas llegaron a su habitación la joven cantante estaba allí tocando la guitarra.

-¡Por fin habéis llegado! – salió corriendo a recibirlas y le mostró la habitación y las hermosas vistas de la playa -¿Qué os parece? ¿Y el viaje? ¿Ha ido todo bien? – Yui hablaba muy deprisa.

-¿Qué te ocurre? ¿Estás nerviosa por el concierto? – preguntó Yona.

-Quién sabe.- contestó Yui sin decir nada más.

Mientras ella les seguía enseñando la habitación los chicos se tiraban por el suelo bastante cansados. El concierto empezaría en unas cinco horas y el festival era por la noche por lo que aún tenían tiempo de sobra para ir a descansar o dar una vuelta por la playa. Finalmente optaron por ir dar una vuelta y avisar a las chicas, éstas asintieron sin dudar.

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