Capitulo 3

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La mañana transcurrió sin ningún altercado más, cada uno en sus respectivas clases deseando que la campana diera el final de las clases y recoger rápidamente para ir a casa.

-¿No vas a casa?

Hiyori sale de clase pero Morgiana toma un rumbo diferente, se despide de su amiga y corre escaleras arriba en busca de alguien a quién está deseando ver, dobla la esquina y espera un poco retirada de su clase a que salga, finalmente ve su pelo rubio entre varios compañeros de su misma estatura, también observa su hermosa sonrisa que no le dedica a ella si no a una compañera...

-¡Alibaba! – exclama corriendo hacia él, el rostro del chico cambia por completo, se despide de su compañera y va hacia su novia quién no puede evitar estar feliz de poder ser la novia de uno de los chicos más populares del instituto. Aún no entiende cómo pudo aceptar salir con ella cuando se le confeso ya hacía como un mes.

-Morgiana ¿Qué haces aquí?

-He venido a recogerte y así volver juntos a casa.

Mor, que así le llama su primo pequeño Aladdín, le coge de la mano y tira de él pero Alibaba se suelta, parece irritado.

-Te lo dije ayer, esta semana estoy muy ocupado, tengo trabajo.

La felicidad de la chica se esfuma con rapidez, es cierto, Alibaba le envió un mensaje ayer para decirle que estaba semana estaría muy ocupado y que no podrían verse a penas, ni siquiera durante la hora del almuerzo dónde siempre estaba con sus amigos. Hiyori siempre le había dicho a Morgiana que Alibaba era muy frío con ella pero Morgiana nunca la escuchaba, estaba enamorada.

-Lo-lo siento.- fue lo único que pudo decir, se inclina para darle un beso pero Alibaba sigue su camino sin ni siquiera despedirse. Está cabreado, piensa la pelirroja que se queda allí de pie, con la espalda apoyada en la pared, y cabizbaja.

Lágrimas la alertan de que es mejor correr hacia el cuarto de baño, no quiere que nadie la vea, corre todo lo que sus piernas le dejan y entra en su refugio. Sabe que no debe de llorar pero su corazón le duele, no entiende por qué Alibaba es tan frío con ella y tan dulce con el resto de chicos. Cree que ha hecho algo mal pero no sabe el qué. No sale del cuarto de baño hasta una hora después, tiene los ojos hinchados y la nariz roja pero le da igual, a esa altura no debería de haber nadie ya por los pasillos. Se equivoca, no da ni dos pasos cuando alguien la agarra del brazo. Es un chico mayor, de pelo oscuro y ojos llamativos, pero lo que más capta su atención es la cicatriz que rodea su ojo izquierdo y que le da un toque atractivo.

-¿Te encuentras bien? – parece preocupado, muy preocupado, ¿Por qué ese chico se preocupa por ella si no le conoce?

-¿Eh?

-Perdona.- dice nervioso y le suelta de la mano – Es que, antes, vi que salías corriendo y que ibas llorando y me preocupé. Llevo esperándote todo este rato aquí fuera para ver si estabas bien.

¿Me estaba esperando? ¿A mí? ¿Por qué? Morgiana sigue sin entenderlo.

-Estoy bien.- responde fríamente y se da la vuelta para dirigirse a casa pero Hakuryuu vuelve a detenerla.

-¿Seguro? Tus ojos no me dicen lo mismo.

Está muy cerca, piensa la chica que retrocede algunos pasos.

-Ya te lo he dicho, estoy bien, además no es asunto tuyo.

Esas palabras hieren al chico pero no se da por vencido, le gusta mucho, muchísimo esa extraña chica.

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