-He elaborado una lista de preguntas que creo que mis padres nos harán el día que te conozcan. ¿Qué te parecen?
Yato está leyendo la lista muy atento, asintiendo de vez en cuando mientras se toca la barbilla pensativo; a su vez Hiyori bebe un refresco nerviosa. No sabe mucho de Yato, solo las pocas cosas que Hakuryuu le ha contado pero se le ve buen chico, además cada vez que sus ojos se clavan en ella siente un cosquilleo en la boca del estómago; por no hablar de lo que el olor de su colonia provoca en ella.
-Son bastante interesantes.- responde Yato dejándo el papel sobre la mesa - ¿Por dónde te gustaría empezar?
Hiyori gira el papel para releer las preguntas y le señala la primera.
-¿Cómo nos conocimos? – pregunta y Hiyori asiente. Ella tiene más de una respuesta para todas esas preguntas pero siente curiosidad por saber qué se le ocurrirá al Presidente del Consejo – Mmmmm, ¿Has pensado algo?
-Bueno, creo que es una respuesta típica pero, ¿Qué te parece en el instituto? Podemos decir que fue Hakuryuu quién nos presentó, estoy segura de que se sentirá más aliviado al saber que eres su amigo.
-Sí, pero, eso es muuuuuuuuy aburrido. ¡Tenemos que contarles algo más espectacular, algo impresionante! – dice gesticulando mucho los brazos. Hiyori le observa sin entender nada. ¿Algo más alucinante? Yato le sonríe con picardía y la coge de la mano provocando un nerviosismo desenfrenado en la chica - ¿Qué te parece si le decimos que te salvé de ser atropellada? O ¿De caerte por las escaleras? O ¿De una banda de matones?
Hiyori no daba crédito a esas estúpidas respuestas. ¿Salvada? ¿Ella? Es cierto, Yato no tiene ni idea de que Hiyori está apuntada a lucha libre desde hace un par de años, ¿Debería contárselo? Sus padres no saben nada, creen que su hija es una delicada flor que no sabe valerse por sí misma, pero fue gracias a su hermano mayor que pudo entrar en ese mundillo al saber que estaba siendo acosada por un grupo de estudiantes de su anterior colegio.
-Creo que es mejor decirles que fue Hakuryuu quién nos presentó. Se preocuparían si les dices que casi me atropellan...
-Tienes razón, es mejor no preocuparles pero hubiera sido tan genial...- Hiyori ríe mientras mira hacia otro lado.
Se quedan en silencio y de nuevo vuelven a releer las preguntas; el cómo se conocieron ya lo tienen arreglado pero falta saber cosas sobre ellos, cumpleaños, comida favorita, alguna curiosidad de su infancia, gustos en la música o en el cine, dónde fue su primera cita...Hiyori se lo está pasando genial pues está conociendo a ese enigmático y misterioso chico de ojos eléctricos, y parece que Yato también se está divirtiendo pues la escucha muy atentamente. Siguen hablando, riendo y comiendo cuando hay algo que ha llamado la atención de Yato; inmediatamente le tapa la boca a Hiyori acercándose muy lentamente a ella, Hiyori siente como sus mejillas se tornan coloradas e intenta quitarse la mano pero Yato le pide que se quede callada llevándose el dedo a los labios. Hiyori obedece bajo un redoble de martilleos por parte de su intranquilo corazón. La cara de Yato cada vez está más cerca a la de ella, cierra los ojos sin poder aguantar más esos atractivos ojos; sin embargo no pasa nada, la mano de Yato sigue estando sobre sus cálidos labios pero no le ha dicho nada ni le ha hecho nada; va abriendo los ojos poco a poco y se da cuenta de que Yato está mirando por encima de su hombro izquierdo con los ojos desorbitados.
-Ese maldito crío... Se suponía que tenía que ayudar a nuestra madre con unos papeles.- susurra irritado. Hiyori le aparta la mano y se gira a su vez; al fondo, sentado en una mesa para dos personas ve a un chico rubio, con ojos del color del sol hablando entre risas con una chica de cabello oscuro y corto llevando el mismo uniforme de su instituto.
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Vidas de Instituto
AléatoireCrossover entre 4 de mis muchas OTPs favoritas... Cuatro amigos, cuatro amigas, mismo instituto, diferentes cursos, diferentes clubes, pero varios de ellos forman parte del Consejo Estudiantil y gracias a esa unión los ocho personajes empezarán a fo...