Capítulo 4

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-¿A dónde vamos?

Pero Yato no le contesta, esa chica acaba de salvarle de una buena reprimenda por parte de Hinata. Sabe que tiene que devolverle el dinero que éste le prestó pero es que aún no lo tiene. Van agarrados de la mano corriendo por los pasillos, bajan un tramo de escaleras y la chica se detiene en seco soltando la mano de Yato, el chico ve como la chica de ojos rosados corre en dirección contraria. ¿A dónde irá?

-¿Ren?

Yato ve como llama a un chico muy alto con mirada fría e imponente, está claro, no es del instituto.

-¿Hiyori? Vaya, cuánto tiempo sin verte. ¿Cómo estás? – éste se acerca a ella y Hiyori le saluda con una gran sonrisa, sí, hace mucho tiempo que no se ven, desde antes de que su familia se mudasen pues Ren Kouen va a la universidad de Tokyo.

-Estoy bien, ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Ha pasado algo? ¿Hakuryuu está bien?

Ren le pide que le acompañe y Yato les sigue en silencio, ha escuchado el nombre de su amigo, ¿Le habrá sucedido algo? Ambos continúan hablando camino de la enfermería, a Ren le va bien en su segundo año de universidad y Hiyori le comenta que está algo nerviosa por su segundo año de instituto y que no quiere que termine esta época, a esa confesión Ren le contesta que debe aprovechar cada minuto que pasa dentro de ese edificio como si fuera el último. Hiyori sonríe y entran en la enfermería.

-¿Hakuryuu? Pero ¡Qué te ha pasado! – Hiyori corre al lado de su amigo de la infancia quién está sentado sobre la cama con un fuerte vendaje cubriéndole la nariz.

-Me he tropezado...

Éste desvía la mirada pero ni Hiyori ni Ren, su hermano mayor, se lo tragan, finalmente Hakuryuu confiesa lo que en verdad ha pasado, Ren ríe pero la risa más descomunal es la de Yato que está tirado al lado de la puerta destornillado de la risa. Hakuryuu se pone colorado de inmediato y se levanta para echarlo de allí pero inmediatamente se tiene que sentar al sentir un leve mareo.

-Lo siento Hakuryuu, el derechazo de Morgiana es muy potente, incluso diría que es más fuerte que Ren.

-¿En serio? – dice éste asombrado – Me gustaría conocerla.

-Y a mí presentártela pero...

-Morgiana tiene novio, pero aun así, no tenía por qué haberte pegado tan fuerte. Mañana hablaré con ella.

-Déjalo, me lo merezco.- y sin decir nada más se levanta para salir de la enfermería e ir al hospital con su hermano, ambos se despiden de Hiyori y de Yato, que ya ha recobrado la compostura y le grita que se mejore, y ambos ven como doblan la esquina del pasillo.

-Pobre Haku.- así es como le llama Yato – Es un buen chico pero tiene un pésimo gusto para las chicas.

-Lo sé, le conozco desde hace mucho tiempo, pero Morgiana es una buena chica pero su novio....

Yato la mira fijamente y eso hace que las mejillas de Hiyori se tornen rojas, desvía la mirada pero Yato sigue observándola. Hiyori está nerviosa, no solo por esa intensa mirada eléctrica sino por muchos más motivos, entre ellos ese olor que tanto le gusta y que proviene de él. ¿Será la colonia? ¿El desodorante? No lo sabe pero le atrae más y más.

-¿Y bien? ¿Para qué querías verme?

En ese momento Hiyori recuerda el porqué de su visita al consejo estudiantil, ésta duda en sí contárselo o no, al principio le parecía buena idea pero ahora ya no lo veía tan claro. Sube la mirada y esos hermosos ojos siguen ahí, fijos, observándola, respira hondo y le explica su deseo.

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